Una habitación donde la luz está prohibida, a excepción de un destello que apunta a Ulrike Marie Meinhof. Sentada entre las sombras, Ulrike, fundadora de la Fracción del Ejército Rojo, reflexiona entorno a las sensaciones físicas, emocionales e ideológicas que atraviesa durante su aislamiento.
La organización de izquierda radical alemana provocó la muerte de 34 personas debido a atentados. Era una de las agrupaciones más activas en el país y sus dos miembros más identificados eran Andreas Baader y Ulrike Meinhof, esta última periodista.
Al ser aprehendida en 1972, al lado de sus compañeros de la Fracción, Ulrike comenzó a ser excluida de su grupo, además de la rigidez de la prisión. El 9 de mayo de 1976 la encontraron muerta en su celda, ahorcada con una toalla.
Este monólogo de Dario Fo y Franca Ramé, con dirección de Antón Araiza, lleva a la profundidad de las emociones del ser humano, jugando con las sensaciones del espectador adentrándolo a la escasez de luz que hay en el interior de la protagonista. De la nostalgia al anhelo por un futuro mejor, a la pesadez, a la tristeza, Yo, Ulrike, grito es una explosión emocional donde no son pocos los que vivirán empatía con la prisionera.
La actuación de Magda Juárez es tan exquisita que provoca una amalgama de emociones en los espectadores, dejándolos con una sensación de vacío, de duda, de un “no sé qué” al final de su interpretación.
La obra reflexiona varios temas, pero en especial entorno al sistema capitalista, cuya funcionalidad se ve franqueada por privaciones a bienes comunes, pero en especial por el recorte de los sueños. ¿Hasta dónde se puede seguir soñando cuando el mundo es una prisión de máxima seguridad?
Yo, Ulrike, grito se presentará todos los martes hasta el 31 de mayo en el Espacio Urgente 1 del Foro Shakespeare a las 20:30 horas. El costo de acceso es de 150 pesos.
Por: Néstor Ramírez Vega