Un cuarteto de hermanas de ‘alta sociedad’ están en el desván de la mansión de su madre recién fallecida y buscan el testamento de ésta el día que se llevará a cabo el funeral. Es así que Ruth, Marisa, Josefa y Ana revelarán los demonios que las han atormentado durante años aunque parezca que tienen vidas envidiables.
Oscura, tragicómica y violenta; Feroces nos presenta una familia que debe su éxito a una matriarca subyugante, cruel y manipuladora, los sabemos sin necesidad de verla, basta conocer a tres de sus hijas, las más unidas pese a lo conflictivo de su relación.
A la otra, Ruth (una discreta y soberbia Mónica Dionne), al descender de un padre diferente sus hermanas le dirán que tiene la fortuna de ser la única con una vida feliz. Que se lo tengan que decir, es sólo una pista para preguntarnos si tienen razón.
A primera vista Marisa, Josefa y Ana, pareciera que están viviendo un día común y corriente; están relajadas e incluso una de ellas dice que la ceremonia fúnebre de su madre es ‘un evento’. Todo lo cual se debe a que, efectivamente, no hay congoja ante un ser que las educó a su completo antojo sin que apenas
los padres de éstas salgan a relucir.
Por lo que entre bromas, sarcasmo e ironías, escucharemos y notaremos las quejas, reproches y resentimientos que, primero las tres y al final todas, tienen hacia la persona que ‘deberían’ amar profundamente.
Ana (Sonia Franco en un oscuro y divertido papel) recuerda que conoció verdaderamente a su madre cuando hozó ‘disecar’ y pegar un ave muerta en un tocado de su madre. Y posteriormente recibir un castigo llevado al extremo, en el que su mamá la privó de su libertad en un armario durante días.
Pero es El Juego del Espejo, el detonante de todos los traumas y recuerdos que les ha formado el carácter reacio, atrevido y descarado que casi todas tienen, a su propia manera. Excepto por Ruth, quien descubrirá la enferma razón del porqué es la única hermana que desconoce ese mecanismo familiar, que la ha llevado a ser la más recatada de las cuatro.
Pero también Josefa (una espléndida Zuria Vega) tendrá una dolorosa revelación, por supuesto, develada por el enfermizo juego de una patológica madre.
“Todas somos putas, sólo nos diferencia la tarifa”, afirma en una de sus tantas atinadas frases la siempre sagaz y soez, Marisa (fascinante Maya Zapata); quien con su humor negro pareciera ser la más fuerte, pero ese es un termino que también se pondrá en duda ante tantas complicaciones.
“Nunca te arrepientas de lo que hagas, asúmelo” y “Nunca te involucres en las batallas de los demás si no recibirás algún beneficio”, son apenas dos ejemplos de la carga matriarcal que han padecido estas hermanas y que nosotros espectadores debemos analizar si no queremos terminar tan conflictuados como ellas.
Feroces; deliciosa puesta en escena que nos confronta a nosotros mismos para decidir entre la carretera impuesta por nuestros padres o tomar los instrumentos adecuados para construir nuestro propio camino.
Por: Ángel Caballero
Fotos: Marko Sauce
Sólo 10 semanas en el Teatro Milán (Lucerna 64, Col. Juárez), del 1 de abril al 5 de junio. Viernes 20:30 horas. Sábados 18:00 y 20:00 horas. Domingos 18:00 horas. Costos: 330 y 380 pesos. Boletos en Ticketmaster y las taquillas del teatro.