
México, Colombia, España, Argentina y hasta Cuba se dieron cita, una vez más, en el pletórico Palacio de los Deportes, para demostrar que la magia de la música hecha con el corazón es inconmensurable y trasciende generaciones.
México, Colombia, España, Argentina y hasta Cuba se dieron cita, una vez más, en el pletórico Palacio de los Deportes, para demostrar que la magia de la música hecha con el corazón es inconmensurable y trasciende generaciones.
El Domo de Cobre albergó tan solo algunas de las tantas canciones que llegaron para quedarse en la memoria de distintas generaciones
En el Auditorio Nacional, se atestiguo que los recuerdos que marcan el porvenir son la garantía de que la música en español, cuando está hecha con pasión y amor, jamás podrá morir.