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“Si quieres saber de qué está hecha la gente haz una guerra” es una frase que se deja escuchar durante los primeros minutos de Suite Française: Un Amor Prohibido, que de hecho la resumen perfectamente.
En plena Segunda Guerra Mundial, Lucile (la talentosa Michelle Williams) es una joven francesa casada con un soldado que está al servicio del ejército de su país al que no ha vuelto a ver desde hace dos años.
Desde entonces, Lucile vive con su intolerante y estricta suegra Madame Angellier (una imponente e insoportable Kristin Scott Thomas) en una hermosa casa a la que nada le falta en Bussy, una modesta comunidad campestre donde de hecho ellas tienen la mejor condición económica del lugar.
Por lo mismo, las personas con menos recursos acuden constantemente a ellas. Además Celine (una discreta Margot Robbie) es arrendataria de varios lugareños, quienes no siempre le pueden pagar a tiempo. Lo cual causa grandes molestias particularmente en Celine quien además de ser particularmente hermosa, es rencorosa y hábil.
Ésta, descarga muchas de sus frustraciones en Lucile, quien es totalmente ignorante del porqué de los rencores de Celine.
Por si fuera poco, el ejército alemán, quienes cada vez tiene mayor poderío en los países que atacan, está apropiándose de Francia por lo que ocupan este poblado sin necesidad de violencia pues su fuerza ya ha sido demostrada al tomar París.
Así, estos pueblerinos se verán obligados a dar alojo en sus casas al belicoso enemigo; los cuales van desde tenientes, generales hasta militares. Quienes ejercen su autoridad solamente con la tensión que producen en los lugares que abordan.
El teniente Bruno von Falk (el gran Matthias Schoenaerts) llegará a la vida de Lucile y su suegra: y de esta forma descubriremos qué tanto ama Lucile a su ausente marido y si la guerra puede más que los potentes sentimientos que empiezan a surgir entre ambos desde el momento en el que se conocen.
Sin necesidad de ser empalagosos y hartantes, la relación de Bruno y Lucile se plasma de manera seria, dulce, pero sobre todo natural. Por eso mismo cuando su historia se torna dramática y bélica ya no nos sentimos en una telenovela barata sino en una obra de arte que inevitablemente emociona.
La fotografía del español Eduard Grau es muy bella, aun en lo momentos más violentos de la cinta. Ni qué decir de las actuaciones de Scott Thomas y Schoenaerts, quienes en sus diferentes matices siempre dan muestra de alta calidad y soberbia actoral.
Suite Française: Un Amor Prohibido, película de Saul Dibb, un relato basado en eventos reales, que repercute en la actualidad no solo por el hecho de que siguen existiendo violentas ocupaciones y guerras, sino porque se basa en un sentimiento universal y poderoso, amor.
Por: Ángel Caballero
