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Niños entraban de la mano de sus padres a las instalaciones de la Carpa Astros. Portaban playeras negras con el logotipo de Sekta Core. Algunos papás cargaban a sus hijos en los hombros. Había personas de todas las edades. Bolitas de amigos llegaban con mantas de los nombres de las bandas.
Antes de entrar a la pista para disfrutar de una tardeada de ska, decenas de amantes del género decidieron echarse una chelita para calentar motores. Otros más se dieron cita en las banquitas de madera para comer hamburguesas. Una chica con vestido negro y botas rojas traía su cámara en mano con la esperanza de encontrar a uno de los músicos de las bandas del cartel.
Se vivía un ambiente muy familiar. Los integrantes de las bandas salían a comer o a convivir con sus seguidores. Había puestos en los que vendían la mercancía oficial de las bandas y en ratitos podían observarse a los músicos caminar por las instalaciones de la Carpa Astros. Algunos se tomaban un minuto para tomarse fotografías como lo hacía el vocalista de Nana Pancha y los South Central Skankers. Los chicos que estaban cerca de los baños tuvieron chance de tomarse una selfie con George, vocal de Sekta Core.
Personas de diferentes generaciones estaban en la pista para disfrutar de la banda 3 Culturas. En medio de la pista, cinco chavos hacían un círculo para bailar. En primera fila estaba un papá con su hijo en brazos, ambos traían playera y gorra negra. En otro extremo una pareja con sus dos niños. La señora cargaba a su niña y el señor bailaba con el varón. Más atrás había un padre que portaba una playera con la leyenda: “Te amo, papá”, su pequeña brincaba y bailaba con él.
Continuaban con la celebración del Día del Padre, Los Hijos del Muerto, quienes con su música lograban que la gente meneara sus cabezas de un lado al otro. Llegaban más personas. En el público se alcanzaban a distinguir un par de mantas con las leyendas: “Ska” y “Rude Boys”.
Con algunos minutos de ventaja sobre los horarios oficiales del concierto, salían a escena los Rude Boys. La pista de la Carpa Astros lucía un poco más llena. En medio un par de hombre traía la manta con el nombre de la banda. El vocalista del grupo de ska les prometía a los asistentes que a pesar de la fama, ellos seguirían haciendo conciertos gratuitos. Chavos con sus novias sobre los hombros se movían al ritmo de la música. Casi hasta atrás de la pista, un padre cargaba a su hija sobre los hombros e iniciaba el slam.
Minutos antes de su presentación, los integrantes de South Central Skankers comían en el tradicional carrusel de la Carpa Astros y se tomaban algunas fotografías con sus seguidores. Los músicos eran muy bien recibidos por el público. Más personas llegaban y entraban directamente a la pista.
Con un intervalo de más minutos entre banda y banda, Nana Pancha salía al escenario con la pista casi llena. “De México para todo el mundo. Nana Pancha está en la casa. Se la están perdiendo cabrones. Vean todos estos güeyes y eso que apenas estamos comenzando. Apenas es el inicio de este pedo porque ya viene la Sekta Core”, decía el vocalista de Nana Pancha mientras transmitía un vídeo en vivo del concierto en la página oficial de la banda en Facebook.
El “Muñeco” recibía todas las playeras que le lanzaban algunas personas del público, una de ellas era de Pumas. Recordaba los tiempos en los que tocaba con Nana Pancha en CU. Al cantar “Luna” había una chica arriba de los hombros de su compañero. Ella se iba a quitar la blusa y de inmediato la bajaron. Minutos después ya estaba arriba. A las orillas los padres seguían bailando con sus pequeños.
Luego de más de hora y media, Nana Pancha se despedía de sus seguidores, a quienes les agradecía su infinito apoyo. Durante la presentación de la banda de ska, Carlos Álvarez, guitarrista de Sekta Core, caminaba sobre la pista de la Carpa Astros.
El intro de Sekta Core comenzaba a sonar y todos los asistentes se dirigían a la pista del recinto sobre Tlalpan. Los músicos subían al escenario, tomaban sus instrumentos y comenzaba la acción. Casi no hubo slam. Durante las canciones había chicas en los hombros de los acompañantes y se movían. Mantas en las alturas. Se veían las cabezas de las personas cuando brincaban. Jorge, vocalista de Sekta Core, derrochaba energía en el escenario. Brincaba y bailaba al ritmo de la canción “La zona del terror”.
“Esto es Sekta Core desde el Estado de México”, decía Jorge. Las notas de “Somos del barrio” sonaban. Se veían pequeñas bolitas de chicos que hacían slam. Algunos aventaban sus chelas y se veían las gotas caer. La gente aplaudía en los solos de las canciones y luego continuaban bailando.
Los músicos de Sekta Core le echaban enjundia al concierto. Al iniciar “Ser Fuertes”, Jorge alzaba sus brazos a los costados, luego los cruzaba por enfrente y formaba una cruz. “Estamos cada vez… más fuertes. Estamos cada vez… más pinches fuertes, putamadre”, gritaba Jorge.
Los niños alzaban sus piernitas y movían sus brazos sin cesar. El momento cumbre de la noche llegaba cuando subía al escenario la mejor amiga de Jorge, Miyumi Toyoda, quien fue alagada por el público. Cantaba al lado de Sekta Core. “Muñeco”, vocalista de Nana Pancha, también era invitado especial de la banda. Después de terminar la canción, el público gritaba: “Beso, beso, beso” y Jorge les hacía caso.
Jorge absolvía de sus pecados a los asistentes y hacía como si aventara agua bendita con el micrófono. Los integrantes de Sekta Core agradecían por los 22 años de carrera como banda y recordaban aquellos tiempos en la escena musical del ska mexicano.
Comenzaba “El fantasma de la rana”; sin embargo, la canción se veía interrumpida gracias al intro de Dragon Ball Z seguido de “Hasta siempre comandante Che Guevara”. Después sería reanudado el tema, con el cual le pondrían fin al concierto. Jorge iniciaba una cuenta progresiva del 1 hasta el 22 y agradecía por todo.
Texto y fotos: Jacqueline Ponce
