La gente sigue llegando. Las luces iluminan gradas, plancha y primeros niveles del Palacio de los Deportes. De repente todo se va a negros y una voz familiar irrumpe la oscuridad con un “imagínense que estamos en Rockotitlán como hace 30 años”.
Es así como Sabo Romo comienza el show Rock En Tu Idioma Sinfónico, aunque en las primeras canciones la orquesta aún no haga acto de presencia.
“Prófugos”, “No Hay Nada Eterno” y “Contaminado” son las primeras canciones que se dejan escuchar debajo de este Domo de Cobre, que no está a reventar y que aún no logra que el público se levante de sus asientos.
La presencia de la gran Cecilia Toussaint logra encender un poco más los ánimos de la gente con su “Prendedor”. Y el concierto sigue “El Último Adiós” original de Rostros Ocultos.
Romo vuelve a tomar la batuta y hace la presentación estelar de Andrea Echeverri quien junto a María Barracuda interpretan “Florecita Rockera”, y el público se prende un poco más.
Las “Guitarras Blancas” de Marciano Cantero y sus Enanitos Verdes logran poner de pie a gran parte de los fanáticos, en su mayoría, treinteañeros y cuareteañeros, que se han dado cita en este viernes extrañamente calmo y relajado en la CDMX.
Afortunadamente todo explota cuando estos longevos rockeros le ponen algo de violencia a su sonido. Puesto que Héctor Quijada y Lino Nava de La Lupita, le ponen gran potencia y pasión a su gran cover de “Contrabando Y Traición” de Los Tigres del Norte.
¿Qué hace de un clásico un Clásico? Un Clásico trasciende generaciones. Un Clásico no tiene género, simplemente suena y el poder de sus notas y su letra se mete en tu interior y sale en cualquier lado a cualquier hora.
Todo eso y más es “Beber De Tu Sangre”, que suena fuerte y claro en las miles de gargantas aquí reunidas, en torno a algunas de las canciones más queridas en Iberoamérica.
“Voy A Buscar”, “Sólo Por Hoy”, “Juegos De Amor”, “Alárma De Tos”, “Ni Tu Ni Nadie” y “Marielito” demuestran grandes y agradables contrastes que hacen a la música una de las Bellas Artes más asequibles y saludables de todos los que necesitamos la alegría y paz que no encontramos en nuestro alrededor.
Los grandes, delicados y espectaculares arreglos sinfónicos en “Lobo Hombre En París”, hacen que ahora sí todo el Palacio se ponga de pie para interpretar esta versión suave pero deliciosa, de este enorme éxito que La Unión dio a la humanidad en 1984.
Le siguen “Kumbala”, de los majestuosos rockeros mexicanos La Maldita Vecindad, y “Carretera” con el regreso sobre la tarima de la bellísima, y aún más talentosa, Cecilia Toussaint.
Magia, eso es lo mínimo qué ocurre sobre este y cualquier otro lugar donde suene “Mátenme Porque Me Muero”, de una las bandas más legendarias de México, si no es la que más, Caifanes.
Después de “Bolero Falaz” y antes de interpretar la inmortal “Muralla Verde”, Marciano dedica tan poderosa melodía al recientemente fallecido Armando Molina, uno de los creadores de Avándaro y una de las figuras más importantes del rock mexicano.
Por su parte “El Son Del Dolor” vuelve a marcar uno de los puntos más estruendosos de la noche, cortesía del gran José Fors y las miles de gargantas que lo acompañan a desgañitarse.
“Paquita Disco”, “Dormir Soñando” y “El Final” van marcando los últimos momentos de alegría, e histeria entre las más apasionadas seguidoras, de estas melodías de rock hecho por hispanoparlantes.
Es el turno de cerrar con broche de oro una noche inolvidable para miles de los hoy aquí reunidos, y ninguna mejor melodía para ellos que “Cuando Pase El Temblor”, uno de los más grandes éxitos de Cerati y Soda Stereo, y que en nuestro país tiene especial significado debido a los terremotos que tanto han marcado a los mexicanos.
Y he ahí otra más de las maravillosas virtudes de la música. Porque a final de cuentas que esto sea rock realmente no importa. Porque la música que es importante te habla directamente, la sientes en el corazón y la cantarás desde el primer momento que la escuches y hasta tu último día en la Tierra.
Por: Ángel Caballero (@AngelReject)
Fotos: Cortesía Ocesa (Chino Lémus)