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Por Néstor Ramírez Vega
@NestorRV
Las taquillas del Palacio de Bellas Artes no dieron el ancho. En el primer día de la exposición de Leonardo Da Vinci y Miguel Ángel Buonarroti los boletos se agotaron después del mediodía.
Los visitantes se formaron durante dos horas para poder conseguir un boleto para las exposiciones de los pintores del Renacimiento.
EXTENSIÓN asistió en modo de visitante y pasadas las 12:30 horas la fila seguía en asenso. A pesar de ello, el ánimo desistió cuando después de las 13 horas corrió un rumor de que los boletos estaban agotados, información confirmada minutos después por trabajadores del Palacio, por lo que comenzaron a repartir números de acceso.
En dicho boleto se otorga un horario a los visitantes, el cual tiene una diferencia de 30 minutos por medidas de protección civil.
Las medidas de organización molestaron a los visitantes, quienes manifestaron su descontento tras la separación de filas por entrada general y personas con descuento.
Sin embargo, el desagrado de los usuarios no quedó ahí, pues quienes salían del museo estaban insatisfechos pues “la mayoría de las obras eran pequeñas, excepto unas esculturas de gran tamaño”, exclamó un padre de familia. Dentro del Palacio los guardias y edecanes agilizaron el paso; sin embargo, visitantes peleaban con ellos porque no podían ver a gusto las obras. “¿Al menos podemos leer las fichas?”, sugirió una señora de la tercera edad.
Las esculturas y los bocetos del cuero humano fueron los más vistos, pues mostraban la calidad artística de los pintores. Por estas obras fue que asistentes quedaron satisfechos con la exposición.
La exposición estará en el Palacio de Bellas Artes hasta septiembre de 2015.
