La cosmovisión de los pueblos tzotziles, huicholes y rarámuris, entre otros, son recogidos por Sofía Clevit en el libro Jade, el laberinto de un sueño, obra ilustrada por Abraham Balcázar y que forma parte de la incipiente colección de obras literarias de editorial Pearson.
La publicación cuenta la historia de Inti, un niño que tiene una hermana en estado de coma y que será desconectada. Sin embargo, en un sueño la joven se comunica con su hermano y el pequeño comenzará un viaje por el corazón de Jade, un mundo onírico marcado por los cuatro elementos (aire, tierra, viento y fuego) y la cosmovisión de los pueblos indígenas.
Inti (que significa “sol” en quechua), se comunicará mediante sueños con su hermana, mas el problema va más allá de una cuestión meramente familiar, sino trata de sus raíces indígenas.
La autora comentó que el libro surgió a partir de las características de los sueños, que en ocasiones se pueden controlar y otras veces olvidar; no obstante, también fue el interés por abordar nuevas formas de enseñanza distantes de la historia oficial en comunidades como la autónoma zapatista.
Para la realización del libro la autora viajó por el país y convivió con las comunidades indígenas, entre ellas los rarámuris. Estas expediciones aportan al tono mágico, emocional y anecdótico de la publicación, donde las ilustraciones dan pequeños guiños del mundo onírico que plantea Clevit.
La booktuber Abril Karera señaló que la calidad de la narrativa es de gran cuidado que es casi imperceptible el paso del mundo real a la realidad de los sueños. Agregó que una de las cualidades del libro es que permite al lector conocer las raíces indígenas y su cosmovisión, pues “estamos tan acostumbrados a la ciudad que perdemos la relación con la naturaleza”.
Por: Néstor Ramírez Vega