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Como los escritores del siglo XVII, XVIII y XIX, el historiador José N. Iturriaga fue encomendado a una misión de investigación histórica y territorial. El trabajo que le solicitó Penguin Random House fue realizar una novela histórica de Alexander von Humboldt, que tituló Saberes y delirios y aparece bajo el sello de Grijalbo.
El explorador alemán realizó un retrato de los virreinatos de la Nueva España que fue toral durante siglos. Debido a esta investigación surgida a partir de su expedición, Alexander von Humboldt es considerado el segundo descubridor de México
Iturriaga comentó que los lectores esperan aprender historia a través de las novelas, por lo que sería irresponsable que el autor, lejos de orientar, desoriente al lector e invente historias que jamás sucedieron. Agregó que su libro está sustentada en una investigación rigurosa, lo cual lo llevo a abordar las preferencias sexuales, al menos a temprana edad, del explorador alemán.
El autor recordó que von Humboldt alcanzó a temprana edad un reconocimiento social, pero jamás se casó ni tuvo hijos ni se le reconoció ninguna relación amorosa femenina, “y en cambio sí está plenamente documentado una serie de relaciones que tuvo con parejas sentimentales varones. Sobre todo está documentado que en su adolescencia y sus años veinteañeros”.
Sugirió que esto se debe a que “en esas épocas de mayor juventud soltaban la pluma y cartas de amor a diferentes amigos que tuvo desde los 16 años de edad. Quizá después del viaje americano, que dura cinco años, de sus 29 a sus 34 años de edad, quizá su prestigio llegó a ser tan grande que tuvo mayor cuidado en no expresarse con tanta soltura amorosa hacia sus amigos que tuvo a lo largo de su vida”.
Iturriaga comentó que con su obra pretendió mostrar a von Humboldt desde un punto de vista más humano para mostrar que los personajes históricos también fueron personas. El alemán estuvo en la Nueva España entre 1803 y 1804 y su investigación la financió él mismo, quien ya ocupaba un cargo dentro del gobierno.
El autor comentó que cuando von Humboldt comentó al rey de España su interés por ir a los virreinatos, éste le extendió unos pasaportes amplísimos para que él y su colega tuvieran completo acceso a los territorios y a la información.
Debido a los archivos a los que tuvo acceso, el investigador alemán realizó un trazo mejor del entonces Virreinato de la Nueva España, aunque sólo hizo dos viajes: uno a la zona minera de Hidalgo, y uno más largo que es al Bajío (Querétaro, Michoacán, Guanjuato y Toluca). Además, cuando salía de regreso a Europa, pasó por Veracruz.
Entre la información que publicó en su libro, Alexander von Humboldt escribió sobre el descubrimiento de una pepita de oro que pesaba cerca de 3 kilos, y gracias a libros científicos de la época, pudo medir la altura del Popocatépetl y el Iztaccihuatl.
Iturriaga comentó que fue tal la escritura e investigación de von Humboldt que una escritora pensó que el explorador había hecho los viajes en realidad. “En un prólogo que escribe doña Elena (Poniatowska) al hijo de otro alemán, un fotógrafo de la época de la revolución mexicana, la señora Poniatowska habla de otros alemanes en México como preámbulo al que ella estaba prologando, que es Hugo Brehme. Y cuando habla de Humboldt dice algo así como que era incansable, que subió al Popocatpel, al Iztaccíhuatl… no es cierto. No subió a ninguno de esos volcanes”.
El trabajo de Alexander von Humboldt fue de gran impacto que actualmente plazas públicas y avenidas llevan el nombre del explorador mexicano.
Por: Néstor Ramírez Vega (@NestorRV)
