La última cinta del Universo Marvel Cómics (MCU, por sus siglas en inglés) nos muestra a un Lobezno envejecido, cansado y adicto tratando de salvar a un Charles Xavier (Patrick Stewart) senil. Al dúo se le une la pequeña Laura (Dafne Keen), experimento llamado X-23, que porta la sangre de Wolverine.
La historia de la cinta podrá sorprender, pero más allá lo que logran los actores principales con su trabajo, es lo que logra mantener a los espectadores aferrados a sus asientos. No sólo las actuaciones de los dos mutantes más conocidos del cine, sino también el de la actriz británica-española de 12 años.
Las actuaciones sacaron a relucir el compromiso de este proyecto y con la historia, así como la mejora que necesitan las cintas de Marvel las cuales han sido criticadas por su “ligereza”, por llamarlo de algún modo. Es la seriedad de la película, sin dejar de lado sus escenas de violencia, lo que la hicieron merecedora de la clasificación C.
Si aún no has visto la película, y no gustas de spoilers, es recomendable saltar los siguientes tres párrafos. La forma de acabar con las interpretaciones de Jackman que iniciaron en el 2000 con X-Men, me hizo recordar la forma en que Cervantes terminó con Don Quijote: matándolo.
La muerte como un lugar sin retorno, sin las flores del inminente retorno. El fin merecedor del héroe tras su sempiterno andar. De la misma forma muere el Wolverine de Jackman, en la máxima gloria y sembrado en la memoria colectiva.
De la misma forma que el clásico de la literatura en español, Logan se redime al final y nos hace mirar su naturaleza, su condición humana más que su lado violento o bestial; reconoce sus errores y no los niega, acepta su realidad y aquello que no se permitió. Sin embargo esto no sería el final se no se quisiere, pues ofrece ciertos elementos para continuar un nuevo trabajo, aunque ésta vez dejando descansar al héroe legendario.
Aunque hay un momento en que realizan algunos chistes, la mayor parte de la cinta es serie y nos dirige a la nostalgia, la tristeza y la indignación por las decisiones y actos de los personajes, tanto protagónicos como antagónicos.
En esta producción sitúan algunos acontecimientos en México. Fue algo que me agradó, pues no se ridiculiza o trata despectivamente a los mexicanos como se hace en otras producciones tanto extranjeras como nacionales.
En Logan se demuestra que los mexicanos podrán vivir en la pobreza, pero no por ello son tontos ni inconscientes, pues son quienes hacen posible que los niños, vistos como objetos de experimentación para los científicos, tengan una oportunidad y no sean tratados como bestias.
La cinta está marcada por una ambientación western, pero mientras Laura se impregna más en la vida de Logan las situaciones ambientales van cambiando no sólo a ser más cálidas, sino también, contemporáneas pese a estar ambientada en el 2029. ¿Será un cambio de estafeta en los grupos de mutantes?
En Logan nos despedimos del Wolverine de Hugh Jackman, a quien se ha considerado como el actor ideal para interpretar al mutante. Será un personaje y un actor que extrañaremos ver en los X-Men.
Por: Humberto de la Vega
Fotos: Especiales