Call Me By Your Name es tan importante que no se trata de un romance homosexual, es simplemente amor… y las miles de complicaciones que vemos, y hasta las que no, cuando nos relacionamos sentimentalmente con ese alguien especial.
Ojalá se pudiera describir fácilmente este largometraje, pero hacerlo sería una grosería, porque se obstruye el placer que provoca verla, analizarla, reflejarse en ella y dejarse llevar.
Las mezclas de idiomas entre inglés, francés, italiano y hasta alemán, son sólo una pizca de todo el sabor que contiene esta historia ubicada en una campiña italiana de los 80.
Call Me By Your Name se centra en Elio (el sorprendente Timothée Chalamet), un joven de 17 años, que pasa el cálido y soleado verano de 1983 en la casa de campo de sus padres en el norte de Italia.
Elio se pasa el tiempo holgazaneando, escuchando música, leyendo libros y nadando hasta que llega el nuevo ayudante americano de su padre, Oliver (la versión más sencilla posible de Armie Hammer hasta la fecha).
Este norteamericano es encantador y también tiene raíces judías. Seguro de sí mismo y atractivo. Al principio Elio se muestra frío y distante hacia Oliver, pero pronto ambos empiezan a salir juntos de excursión y, conforme el verano avanza, la atracción mutua se hace más intensa.
Toda esta trama se lleva a cabo en un entorno tan silente, tan tranquilo y con tanta belleza que, más que invitarnos, nos agarra de la mano y nos guía por un entorno totalmente relajante.
Así logra que reflexionemos sobre nuestras relaciones románticas y sexuales; las cuales pueden mezclarse entre sí, o ser totalmente independientes: pero que sin duda alguna debemos valorar como lo que son, privilegios humanos.
Cualquiera se podría imaginar que Call Me By Your Name es un dramón lacrimógeno y escandaloso, pero en realidad su alto nivel de impacto se lo debe a la pasividad (jamás somnoliente) con que cuenta su historia, el ambiente y sus personajes secundarios.
Este largometraje le da otro significado a la palabra ‘drama’ y hasta ‘drama contemporáneo’ se queda corto para describir el mundo al que nos transporta.
En la actualidad pocas películas alimentan el alma, Call Me By Your Name es una de ellas.
Por: Ángel Caballero (@AngelReject)
Fotos: Especiales