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Corría el año de 1984 cuando el periodista Manuel Buendía fue asesinado en las calles de la Ciudad de México. El principal sospechoso fue José Antonio Zorrilla, titular de la Dirección Federal de Seguridad (DFS), órgano de inteligencia, dependiente de la Secretaría de Gobernación, que recabó información sobre subversión y el terrorismo en México de 1947 a 1989.
Sacrificios como el crimen contra Manuel Buendía, la salida de Julio Scherer de Excélsior, y asesinatos durante la Guerra Sucia, parecían ser la cuenta para alcanzar la libertad de expresión en el territorio nacional. La seguridad de los periodistas había mejorado hasta hoy, cuando el país es uno de los lugares más peligrosos para ejercer la labor.
La organización Artículo 19 presentó su Informe Anual en donde arrojó que se cometieron 397 agresiones contra informadores, siendo 165 funcionarios públicos quienes ejercieron abuso de autoridad contra los periodistas y sólo 35 actos cometidos por el crimen organizado.
En el Museo Franz Mayer, durante el ciclo de conferencias “Colisión en las Fronteras de la Libertad de Expresión”, el titular de la organización de derechos humanos, Darío Ramírez, contó que gobiernos estatales y municipales limitan la libertad de los periodistas, y debido a la corrupción con el narcotráfico son éstos quienes llegan a realizar las ejecuciones.
El informe arrojó que 2015 es el año más violento para la prensa en México, registrando cerca de una agresión cada 22 horas y 7 asesinatos en este período.
Durante el sexenio de Felipe Calderón fue que comenzó una mayor visualización de crímenes contra informadores, pero de 2009 a 2015 se registraron mil 832, siendo los tres años de Enrique Peña Nieto cuando se han cometido mil 73.
En el estado de Veracruz las agresiones contra periodistas han sido más sonadas por la actitud del gobernador Javier Duarte. Sin embargo, esta entidad tiene el mismo número de violencia que la Ciudad de México, la cual registró 69 atentados. Les siguen los estados de Guerrero (56), Puebla (38) y Oaxaca (35).
Darío Ramírez comentó que el miedo está instalado en las redacciones mexicanas, por lo que frena el trabajo de los periodistas; sin embargo, los reporteros que participaron en el coloquio realizado por la organización internacional reiteraron que mientras tengan espacios informarán sobre lo que sucede en el país.
Por: Néstor Ramírez Vega (@NestorRV)
