Por Néstor Ramírez Vega
@NestorRV
Las causalidades (¿o causalidades?) rodearon desde el inicio el libro de Marxitania Ortega, Guerra de guerrillas, novela que es un claro ejemplo de que la realidad supera la ficción.
La presentación del libro estuvo a cargo del secretario de cultura de Guerrero, Arturo Martínez, el escritor Juan Villoro y la autora, quienes recordaron que esta obra publicada en septiembre de 2014, tuvo dificultades para ser presentado ante la desaparición de los normalistas desaparecidos de Ayotzinapa.
“¿Hasta dónde las acciones de los padres marcan a los hijos?”, cuestionó el secretario Martínez, definiendo a la siguiente generación de los manifestantes del 68 como “una generación que no tuvo derecho de ser de derecha”.
Villoro recordó que el pasado 27 de septiembre estuvo en el estado de Guerrero en un homenaje al escritor José Revueltas. Durante el acto recibió la noticia de la desaparición de los 43 normalistas. “No hay más remedio de combatir el oprobio que con el pensamiento”, aseguró.
Destacó que el libro ofrece dos versiones: la del padre exiliado (Antonio) y la de la hija que está en viaje escolar en París (Sara), cuyos pensamientos establecen un diálogo.
El autor de El libro salvaje destacó que esta novela no cae en lo pedagógico ni lo discursivo, y sí deja la lección que no es fácil ser líder histórico y cuidar a la familia, así como lo es ser hijo de un personaje destacado.
Guerra de guerrillas cuenta con capítulos alternados que desarrollan las dos historias y obligan al lector a pensar por sí mismos a través de una prosa ligera y con sentido del humor.