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El Palacio de los Deportes está lleno. Micky Huidobro, Paco Ayala, Randy Ebright y Tito Fuentes, lideran esta protesta musicalizada por 21 mil personas que corean a modo de denuncia “Gimme The Power”.
Han pasado dos décadas desde que la agrupación mexicana debutó con el disco ¿Dónde jugarán las niñas?, comenzando así una historia musical con la que expusieron la corrupción e inseguridad del país. Desde entonces cantan al descontento social que no cesa y, tristemente, parece ser atemporal.
Canciones como “Voto Latino” y “Hit Me” han sido adoptadas por la gente, que sin importar si están en las gradas o en la sección general, brincan y cantan a la par de ‘La Molocha’.
Los autores de álbumes como Apocalypshit (1999) y Agua Maldita (2014) continúan el festejo por su larga trayectoria musical en la Ciudad de México, con la síntesis de éstos y sus restantes seis álbumes de estudio.
Durante poco más de tres horas, y desde la apertura del concierto con la polémica “Que No Te Haga Bobo Jacobo”, se forman diversos grupos de hombres y mujeres para hacer los varios sales que surgieron bajo el ‘Domo de Cobre’.
Una pausa. Paco Ayala agradece a sus compañeros por dedicar más de la mitad de su vida a Molotov. Antes de cantar dos versiones de “Me Convierto En Marciano” se dirige a los asistentes: “Gracias a los que creyeron en nosotros desde el inicio. Aquí está la gente indicada”.
Dedican “Frijolero” a Donald Trump, candidato republicano a la presidencia de los Estados Unidos de América. “Esta va para el pendejo que vino… aunque es más el que lo invitó”, menciona Tito haciendo referencia al reciente encuentro entre el presidente Enrique Peña Nieto y el funcionario norteamericano.
Siguen las canciones “Cerdo”, “Ánimo De Delincuencia”, “Rastamandita”, “Más Vale Cholo Que Mal Acompañado” y dos covers: “Rap, Soda y Bohemia”, es decir “Bohemian Rapsody” de Queen y “Quen Pon Punk” (“Quién Pompo” original de Chico Che), en esta última subrayando su sentido crítico, haciendo alusión a la controversia generada por la compra de propiedades de Angélica Rivera. Cierran con “Puto”, la melodía que desde su origen ha causado polémica.
Días antes del concierto, en conferencia de prensa, la banda de reconocimiento internacional se mostró pesimista ante el mensaje que podrían dejar a las nuevas generaciones, distraídas y ausentes ante el auge de medios como internet.
Desde el escenario estas leyendas del rock en español cantan y tocan sus instrumentos con energía, mas no perciben lo que transmiten, además de los gritos y bailes del público. No ven a las niñas y niños de no más de 12 años que junto a sus padres gritan cada canción; ignoran a los cientos de adolescentes cuyo atuendo imita al de la agrupación; no escuchan los comentarios de hombres y mujeres que recuerdan haber escuchado a Molotov por primera vez en su adolescencia y que con seguridad recalcan la vigencia de sus canciones.
Por: Montserrat Antúnez Estrada
Fotos: Cortesía Ocesa (Lulú Urdapilleta)
