Extraña, densa, complicada pero sobre todo interesante; son los puntos medulares de esta cinta con toques teatrales, policiales y románticos que nadie que no entienda el amor (es decir, todos) nos deberíamos perder.
Esta es la historia Paul Dédalus (Quentin Dolmaire y Mathieu Amalric) un señor de unos cuarentaitantos que un día cualquiera es detenido por la policía francesa. La cual lo interrogará sobre una serie de sospechosos asuntos, en especial, un sujeto con el mismo nombre, fecha y lugar de nacimiento que la de él.
Es así como la película se dividirá en tres partes esenciales para tratar de comprender esta situación:
1) La ‘Infancia’ arranca con un espectacular duelo entre su madre y él, con cuchillo en mano, lo que lejos de ser escandaloso y telenovelesco tiene un poderoso nivel shakespeeriano. Pues además, Dédalus no está solo, protege a sus dos hermanos menores que están detrás de él, atentos a cualquier tragedia que parece ocurrirá.
2) Con ‘Rusia’ el relato se vuelve denso. Es el viaje de Paul, en los 16, a esa controvertida nación europea, donde le dará su pasaporte a un joven ruso. De esta forma Mis Mejores Días (Artaud Desplechin, 2015) toma tintes de thriller policiaco hasta con ondas de espionaje soviético. Todo lo cual puede llegar a ser muy confuso pero poco a poco se arma.
3) Por último, y totalmente ubicados en la época de Paul a los 19 años, ‘Esther’ nos presenta a su amor eterno. Una chica misteriosa, franca y engreída, defectos/virtudes que la hacen tan poderosamente atractiva como peligrosa.
Peor aún cuando él siempre le da muestras de que ella es su mundo. Dédalus está a sus pies y voluntad sin necesidad de que Esther (soberbia y prometedora Lou Roy-Lecollinet) lo pida, ni parezca importarle. Todo esto, pese a las mentiras, humillaciones, relaciones sexuales y amorosas que ésta tiene con sus “tres matrimonios”.
“No importa si no me deseas, con saber que existes sé que mi vida no es un sueño”, es una frase de Paul que engloba perfectamente lo perdido que está por Esther, aunque de hecho ella parezca más perdida aún… en sí misma.
La relación de estos dos se va haciendo cada vez es más densa, sin embargo sigue siendo interesante, seguramente porque pese a todas las complicaciones, trivialidades y estupideces que hacen y dicen, son apasionados.
Mis Mejores Días al final de cuentas podría ser un título sarcástico, referente de todas las vicisitudes que sólo un poeta nato como Paul, vivió. Al igual que la inquebrantable fe que él tiene en la vida y, sobre todo, en Esther. Por ello su título original es más acertado, aunque tal vez no tan interesante: Trois Souvenirs de ma Jeunesse (Tres Recuerdos de mi Juventud).
Un guión tan complicado como encantador, con toques de realismo mágico a la Gabriel García Márquez, que hacen de esta cinta algo inevitablemente sobre saliente.
Por: Ángel Caballero
Fotos: Cortesía
Esta reseña me hizo ir de la intriga a lo sublime en unas cuantas líneas.
Gracias por recomendar una película que parece ser bella, enigmática y desconocida.
Señor Caballero, es un poeta. ??✨