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Somos seres efímeros, juguetes del tiempo cuya existencia está ligada a la tierra sólo un momento. Llegamos, permanecemos y nos vamos, aunque siempre dejamos algo intangible en quienes queremos.
Basado en un texto de Carolina Estrada, Los minutos se vierten, dirigida por Adrián Asdrúbal Galindo Vega, es una obra multidisciplinaria que recuerda nuestras raíces y cómo éstas sostienen nuestra existencia en la tierra, a partir de las lecciones y pensamientos de nuestros antepasados.
Este espectáculo de teatro-danza cuenta con la participación de Iván Caldera, Gabriela del Río, Marisol Paredes, Yollotl Manzur, Alejandra Díaz y Natalia Alanís, quienes apoyadas con videos reviven en la escena los recuerdos de sus abuelas y abuelos, sus enseñanzas y cómo por ello siempre los llevan dentro, hasta la raíz, como dice la canción de Natalia Lafourcade.
En esta obra el elenco no interpretan ningún papel más que el de ser ellos mismos. Abren una ventana a su vida y tocan fibras universales para hacer la reflexión sobre quiénes somos, qué hacemos con nuestro tiempo; qué hacemos mal y qué nos privamos (que después lamentaremos).
Fotografías: Néstor Ramírez Vega
Esta puesta en escena es una reflexión sobre nuestras vidas y la valoración que le damos a ella y a la familia. Los actores se ponen frente a nosotros y hablan directo, sin ambages. Será que nos domina el miedo, la pena, pero a veces demostrar y decir nuestros sentimientos son dos cosas que deben ir de la mano.
Los minutos se vierten estará los sábados y domingos a las 12:30 en el Teatro Julio Jiménez Rueda (avenida de la República 154) hasta el 14 de agosto. Costo de acceso: 80 pesos.
ACTUALIZACIÓN: La obra tendrá una nueva temporada los martes y miércoles, del 20 de septiembre al 26 de octubre, a las 20:00 horas, en el Teatro Sergio Magaña.
Por: Néstor Ramírez Vega (@NestorRV)
Que bello escrito.
Es una obra que va desde el fondo, hecha con plena sinceridad y profundo cariño y respeto hacia las abuelas. Yo, Yollotl Manzur, como parte del elenco, los invito a recordar y a volver a vivir sus historias, a acercarnos a nuestras raíces; nuestras abuelas.