Sonidos melancólicos. El cielo en otra posición; está noche las personas no deben voltear hacia arriba para verlo, está adornado con cientos de estrellas y plasmado en video justo frente a ellas. La música proveniente de sintetizadores, dos guitarras, un bajo, teclados y el retumbar de la batería se unifican. La voz de Larregui lidera.
Humo color blanco, alfombra para el escenario del Teatro Metropólitan. Destellos azules que combinan con el verso “orquesta de luces” de la canción “Aurora Boreal”, con la que Larregui inicia la primera de cinco presentaciones que dará en el recinto. La noche: un ir y venir entre Solstis (2012) y Voluma (2016). Las melodías “Carmín”, “Souvenir” y “Como Tú” recordatorios del primer proyecto solista del vocalista de Zoé.
En la sección más cercana al escenario pocos están de pie. Larregui, sin sutileza alguna, cuestiona a los sentados: “Yo creo que a ustedes les regalaron los boletos. No parece que estén en un concierto”. Pese al comentario no todos se levantan. Como si fuera parte de una estrategia para seducir a su público el músico interpreta “Tremantra”, canción que incluye el llanto de su hijo y agradece la luz que un ser trae a tu vida: “Luz del amor / Llegaste a mi vida / con pura armonía”.
Momento de cantarle al presente y a todos ellos que, frenéticos, no dejan de usar sus teléfonos. Para no desentonar con la canción, entre el público, varios graban y fotografían con sus celulares. En el Teatro retumban los acordes de “Zombie”. Un video de colores rojo, verde, azul y amarillo acompaña la melodía. Los asistentes corean con fuerza. Más gente de pie.
Larregui se separa de los tambores que, entre melodías, toca para amenizar. Baila despacio, de un lado a otro, como dejándose llevar por su rock espacial. Vestido, no con un traje de astronauta sino con una gabardina negra, canta “Tiraste A Matar” y “Lattice”. Pausa. El músico menciona que “Visitantes”, canción que está por cantar, fue la que lo inspiró para realizar Voluma, álbum producido, al igual que Solstis, por el músico Adán Jodorowsky. Este último está en el concierto y acompaña con su guitarra un par de canciones.
El conjunto que forman la iluminación, los sonidos y la voz tenue del ganador del Doble Disco Platino por Solstis invitan a la relajación, a perderse unos minutos en los acordes y versos. Larregui lo sabe. Por eso reta a quienes hoy lo escuchan: “’No cuesta nada intentar fumar o meterse algún estupefaciente en el Metropólitan, ¿no? Habría qué probar”.
Conforme avanza la presentación, Larregui dedica “Birdee” a su pareja actual. “Si escuchan que se me cierra la garganta o que canto mal, es porque me pongo sentimental”, menciona. Y canta para México y América Latina “Luna Llena”, melodía en la que expone su preocupación por el contexto actual.
Con “Femme Fatal”, “Pérdida Total” y “Resistolux” León retorna a Solstis Agradece a quienes hoy llenan el legendario recinto. Se despide. Las luces se apagan. La gente no se mueve de sus lugares, saben que regresará. Pasan unos segundos y el músico vuelve. “Se me olvidaban unas canciones”, comenta. Además de él, miles de voces cantan “Mar” y “Brillas”. Los asistentes bailan y gritan, más que en otro momento, al escuchar “Locos” porque saben, y lo confirma Larregui, es la melodía para decir adiós.
Por: Montserrat Antúnez Estrada
Fotos: Cortesía Ocesa (Lulú Urdapilleta)