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Por Ana Isabel Alcántar
Fotografías por Erik López

Tito Vasconcelos participó en 1972 en la obra Misterio Bufo. A partir de ahí, el actor sintió una inquietud por la forma en que Darío Fo abordaba los temas que parecían intocables, mismos que implicaban un riesgo a quien se atreviera a representarlos desde la perspectiva de la comedia.

El material de la obra son los evangelios, tanto los canónicos como los apócrifos. Vasconcelos toma a estos personajes y les regresa el carácter popular que deben tener sin la tiesura de los altares, que a su vez ofrece otras perspectivas de las historias que la gente cree que conoce.

El espectáculo ha contado con la participación de Ana Francis Mor y Andrés Carreño, entre otros. En esta ocasión, el encargado de conjuntar su talento con el de Tito para darle vida a los personajes de la Virgen María, el apóstol Juan y Brenda Berenice es Luis Esteban Galicia.

Luego de una exitosa función a poco tiempo de terminar la temporada en el Foro A Poco No, los actores Tito Vasconcelos y Luis Esteban Galicia platicaron con EXTENSIÓN para dar algunos detalles acerca de este espectáculo que está cumpliendo su mayoría de edad. Cómo ha sido el proceso, cuál ha sido su mayor reto en esta puesta en escena, además de adelantar un poco acerca de los proyectos que vienen son sólo algunas de las cosas que nos compartieron.

– Debido a que se tocan temas de actualidad política, ¿alguna vez han tenido algún tipo de censura por parte del gobierno o algún otro medio?

Nuestro trabajo no pretende escandalizar ni mucho menos. Sí revisar el momento actual, darle una perspectiva a esta historia que la gente cree que sabe, pero que en realidad no sabe. Mucho de lo que contamos está escrito en los evangelios, tanto en los canónicos como en los apócrifos y si la gente no lo conoce o cree que es una invención perversa nuestra, pues nada más demuestran ignorancia y como la gente no quiere demostrar ignorancia entonces prefiere reír y aplaudir.

– Entonces la risa es aún más preocupante, ¿no?

Es una cuestión de liberación, muchas de las cosas que digo yo sé que las personas las han pensado, pero no se atreven a expresarlo porque temen que les caiga un rayo, pero ya probé que no, los rayos no caen así como así…, dijo hilarante.

Había una necesidad de revisar todas estas cosas y tener una reunión de pueblo no en la Iglesia, sino en un espacio donde de veras todos estemos igualados porque en la Iglesia el sacerdote es El Sacerdote, que es como el representante y nosotros humanizamos a los personajes de La Pasión. Me divierte muchísimo la perspectiva de hacer que la Doña haga a María Magdalena, en fin, es un enorme divertimento, pero tiene su por qué. Es llamar la atención de un lado para pegarles un pellizco del otro”.

– ¿Alguna vez ha habido alguna confrontación con el público?

No, alguna vez alguien se ha levantado e ido, pero sin mayor aspaviento porque los personajes son tratados con mucho respeto, desde una perspectiva muy popular, pero sin almidón. Se trata de rehumanizar a la Virgen María, a Jesús como un personaje que tomaba sus copas, como un ser amoroso que se daba sus besos con María Magdalena y con Santiago.

Finalmente la doctrina católica apostólica romana es una doctrina de amor, entonces el amor está siempre presente en mis representaciones de La Pasión.

– ¿Qué mensaje le quieren dejar al público?

No hay una intención de mensaje, sino de vivir ese momento, un momento de reflexión al respecto de las cosas que creen que conocen y demostrarles desde una perspectiva amable que no lo saben todo. Tienen que revisar sus puntos de vista, sus inflexiones al respecto de la religión porque no pueden ser estáticas, tienen que ir cambiando con los tiempos y las percepciones también, entonces esta humanización de los personajes es regresárselos al pueblo.

Regresarle a la Virgen María, a Jesús tomando sus copas, invitando a la mamá a beber, en fin, creo que es un ejercicio de sensibilización al respecto porque les hacemos ver que desconocen profundamente su religión y los documentos en los que está basada la misma, la cual creen que practican.

– Tito y Luis, ¿cuál es su mayor reto a la hora de interpretar esta puesta en escena?

Tito: La borracha porque tengo que estar muy pendiente de las historias que quiero contar, de lo que me acuerdo, de las historias que suceden en el momento. Es un personaje que demanda mucha concentración y haber tenido mis lecturitas.

Luis: La virgen, creo que nos pone en unos predicamentos naturalmente. Primero, un hombre que haga la representación de la Virgen.

Desde la entrada yo le veo la carita de sorpresa a la gente porque la Virgen María, la Virgen de Guadalupe en nuestra mexicanidad es intocable, no la podemos bajar del nicho donde está colocada y luego humanizarla como esta madre mexicana regañona que los quiere poner en su lugar, preocupada de lo que ve, de la angustia en la que vive perpetuamente. La noticia del día es lo que dicta lo que ella está diciendo y vive en un dolor permanente de ver cómo sus hijos se han perdido en el camino y esa es la reflexión que se puede llevar el público, ¿qué nos está queriendo decir?

Si este ente existiera o haya existido, muy probablemente la esté pasando muy mal de ver cómo nos estamos portando, cómo hemos ido destruyendo nuestras propias utopías, valores y esperanzas, entonces para mí es un reto difícil. Intelectualmente me pone retos, hoy Tito me puso lo del aborto y casi sentí que se me ‘abría’ cuando el público hizo “ahhh”, porque claro, ya empoderada como virgen dices “Si yo hubiera tenido la posibilidad de decidir, tal vez otra historia hubiera podido ser”, no lo sabemos.

Nosotros lo único que tenemos que hacer es provocar emociones y si provocamos eso pues ya nos vamos de buenas por el día de hoy.

– ¿Por qué hacer este tipo de teatro cabaret?

El teatro de cabaret es un teatro que debe hacerse en el momento y que no tiene tiempo de desarrollar una dramaturgia para la posteridad. Es un ejercicio muy interesante para que los actores se prueben a sí mismos en sus capacidades de invención, de convencimiento, de construcción de personajes e historias y que además tiene que ser efectivo. Ya llevamos 18 años de carrera haciendo esto.

– ¿Qué sigue para ustedes?, ¿qué proyectos vienen?

Tenemos que empezar a montar el espectáculo siguiente para el Festival de Cabaret que es en agosto, el cual tentativamente se llamará “Sor Juana y el pirata”. Está por integrarse un actor más para este proyecto, pero todavía está cocinándose en la olla de presión.

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