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Desde los mitos griegos se ha enseñado que toda acción tiene su reacción, sus consecuencias, las cuales muchas veces no se contemplan al tomar una elección. Esa enseñanza milenaria no sólo corresponde a los dioses del Olimpo y posterior del Paraíso, sino de la carga ética de la persona. Eso es lo que nos muestran Luc y Jean-Pierre Dardenne en su cinta La Fille Inconnue.
La Chica Desconocida (2017) cuenta la historia de la médico Jenny Davin (Adèle Haenel), quien una noche, junto a un compañero, escucha sonar el timbre, pero al estar cerrado el consultorio decide no atender a quien toca a la puerta. Al día siguiente le informarán que ha sucedido el asesinato de una mujer, la misma que tocó el timbre horas antes.
A lo largo de 1 hora 46 minutos es que se desenreda el enigma de la identidad de la joven, pero también quién cometió el crimen, por qué y quiénes estuvieron involucrados.
Estas conclusiones se llegan por el trabajo de la doctora Davin, quien al enterarse del crimen empieza a sentir la carga, la culpa de su decisión de no atender a nadie después de cerrar el consultorio. Es así que el destino llega a la joven y se ve inmersa en la imperiosa necesidad de resolver el caso pese a la contra que le ponen los involucrados, sus familiares y la policía.
Jenny empuja la roca en el monte del Purgatorio de Dante para redimir sus penas, para corregir sus errores. Su carga la sentimos a partir de la carencia de sonidos extradiegéticos, hace que la atención se centre en lo que sucede y en lo que le acontece al personaje de Haenel.
La Chica Desconocida es una cinta que por sus características cinematográficas puede no satisfacer el gusto de cualquier espectador; sin embargo, tiene grandes valores histriónicos y una dirección que te conmoverá.
Por: Humberto de la Vega (@RevistaExt)
Fotos: Cortesías
