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Por Néstor Ramírez Vega
@NestorRV
El sello de la bestia está presente en cada elemento de La oficina del olvido, quinto libro de la colección Averno de la editorial Ediciones y punto. La publicación que nace de los deseos e intereses del autor, Andrés Galindo, es una “lluvia de influencias y de referencias que es como un juego”, describió el escritor Odeen Rocha.
El libro compuesto por 50 minificciones de 50 palabras tiene influencias de Kafka, Lyman Fran Baum y Monterosso, entre otros. Sin embargo, escritos también fueron inspirados en Lía Romero, pareja del autor. “Una persona que me inspiró no sólo en este libro sino en toda mi vida de unos dos años para acá ha sido Lía Romero”, aclaró al leer uno de los cuentos.
Durante la presentación del libro en la Feria Internacional del Libro en el Zócalo (FIL Zócalo), Rocha aseguró que en este volumen da la “sensación de ir bajando cada vez más al fondo de la percepción del mundo, aquello que sólo los más bajos ejemplares humanos se podrían atrever a contar”.
El autor señaló que el origen de su libro lo encontró en Twitter, plataforma donde la interacción está limitada por cierta cantidad de letras y signos. Aunque era reacio a integrarse al mundo digital, ahí fue donde Galindo comenzó a darse cuenta cuál era la virtud o el ejercicio de escribir en 140 caracteres.
Andrés Galindo no quería hacer un compendio de tweets; “conocí a unos españoles, también vía virtual, que se dedican a hacer minificciones de 50 palabras exactamente”, era justo lo que estaba buscando. Además de la extensión, tenía que lograr una ficción.
El hilo conductor de los 50 microrrelatos es una oficina. La fantasía y el terror no como los únicos elementos de este volumen de la colección Averno, sino también la transmisión de lo que sucede en el país. En la narración “La Fosa”, el autor aseguró que plasmó “lo que ha sucedido en dos sexenios”, aterrizándolo en 50 palabras.
El escritor aseguró que “mucha gente piensa que leer ciencia ficción, literatura fantástica o terror es para adolescentes o niños incluso, pero también da mucho de qué hablar, hay mucha crítica social o mucha preocupación política en estos géneros”.
