Un mocoso de 10 años llamado Jojo (el memorable debut de Roman Griffin Davis), perteneciente a las Juventudes Hitlerianas, verá confrontadas sus firmes y estúpidas ideas nacionalistas cuando se enamore, sin proponérselo, de una joven judía que su mamá refugia en casa.
Este sorprendentemente encantador niño nazi, cuyo amigo imaginario es nada más y nada menos que Adolf Hitler, protagoniza un historia que por absurda es divertidísima. Porque sólo así podría soportar y discutir las ideas de un nacional socialista; un infante ingenuo, manipulable y confundido.
En Jojo Rabbit, película dirigida por Taika Waititi adaptación de la novela de Christine Leunens; la risa es algo fundamental. Porque en estos tiempos donde siempre hay que ser políticamente correctos, la confrontación de ideas y/o argumentos sobran.
Lo único que importa es lo que yo digo y punto. No hay discusiones, intereses por lo que piensan los demás ni mucho menos el raciocinio. Así fue Hitler y así son muchísimas personas en la actualidad, hasta el presidente López Obrador sería amigo de Adolf en la actualidad si este siguiera vivo.
Por eso Jojo Rabbit expone tantas ideas nazis posible con la mayor naturalidad posible, pasa confrontar a Jojo (y a nosotros mismos) con la todos los estereotipos y prejuicios, que impiden la integración humana, social y cultural.
Además de la gran actuación del joven Griffin Davis, Sam Rockwell vuelve a dar una muestra de su poder actoral ahora en el papel de un nazi… ridiculizado, idiota y con tendencias homosexuales (disfrazadas de homoerotismo como todos los “hombres muy hombres” de México y el mundo).
Mientras que la preciosa Scarlett Johansson, se aleja del dramón aburrido, simple y repetitivo que es Marriage Story para interpretar a una madre que es como muchas, o todas; quiere a su hijo por sobre todas las cosas, aunque éste sea un imbécil que cree que los judíos tienen cuernos y demás estupideces por el estilo.
Por supuesto que si fuera más profunda, Jojo Rabbit sería mucho más importante. Sin embargo lo verdaderamente sobresaliente en esta cinta es no dejar de reír para evidenciar la falta de sensibilidad, cuidado y respeto por los demás.
Y de paso cuando todo es risa y diversión, Jojo Rabbit te arranca el corazón y te regresa a la realidad: Estamos en la 2ª Guerra Mundial y cualquiera puede morir.
Por: Ángel Caballero (@AngelReject)
Fotos: Especiales
10ª Imagen de la Galería: @popisdrawer