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Interpol regresó una vez más a la Ciudad de México y lo hicieron ante más de 21 mil almas que pudieron disfrutar 21 canciones de todos y cada uno de los 7 discos que hasta ahora tienen en su haber musical.
Y, con poco menos de 2 horas de música casi continua, Interpol volvió a demostrar por qué son una de las bandas más queridas del país. Relación de amor musical que sólo se mantendrá, o hará más fuerte, conforme pasen los años en ellos y en sus fieles seguidor@s.
Siendo las 20 horas con 4o minutos en el Palacio de los Deportes; Paul Banks y Daniel Kessler (sin Sam Fogarino porque tuvo problemas de salud, pero sí con un baterista invitado de emergencia y 2 músicos más) dan inicio a esta velada con el soft rock, casi acústico, “Untitled”.
Menos de 2 segundos le bastan a este gran público para estallar de alegría ante los primeros acordes de bajo de “Evil”, del mejor álbum, o al menos el segundo mejor, de Interpol: Antics.
Afortunadamente para los verdaderos fans de esta banda nacida en Nueva York, pues éstos no se la pasan pegados a las cámaras de sus celulares, llega el rico y suave rock de “Fables”. Track del próximo nuevo disco de Banks y compañía, The Other Side of Make-Believe.
“¡Pongan de las viejitas, las otras no están tan buenas!”, exige un asistente treinteañero entre la multitud, resaltando que no es tan fan de Interpol como parece, pues nada más quiere escuchar lo que a él le gusta y no lo que la banda neoyorquina quiere tocar.
Llega el turno de “If You Really Love Nothing”, que provoca más gritos de alegría desde sus primeros acordes. Aunque de hecho la letra de esta canción, y muchas otras de Interpol, es bastante nostálgica pese a sus entusiastas ritmos que ponen a varios a danzar como pueden desde el poco espacio que hay entre persona y persona.
Después de “Take You On A Cruise” de su 2º LP, Antics, toca el turno de “Pioneer To The Falls” del Our Love To Admire, otra dramática canción de estos estadounidenses que es aclamada desde el inicio por sus fans. Y a estos mismos se les suman todo el público del ‘Domo de Cobre’ que se la pasan cantando de principio a fin “Narc”.
“Son fantásticos, ¡gracias!”, dice Banks en otra de sus interacciones con su público en un prácticamente perfecto español. Antes de interpretar las casi desconocidas, porque son del nuevo disco que aún no ha salido a la venta The Other Side of Make-Believe; “Toni” y “Something Changed”. Y aunque éstas no son muy prendidas la gente reacciona eufórica y cariñosa.
En “Obstacule 1” todos se vuelven locos. Tanto así que dónde generalmente hay chicas arriba de los hombros de sus novios o amigos, hay chavos siendo cargados en los hombros de sus amigos.
Un rola de El Pintor (juego de letras que en otro orden también puede formar la palabra Interpol), ”All The Rage Back Home”, marca uno de los momentos más emocionantes de la noche, puesto que sus batacazos continuos y rítmicos, hacen imposible evitar mover aunque sea una parte del cuerpo, empezando por los pies y cabeza, hasta llegar a saltar eufóricos ante su intensidad rockera.
Pero “Rest My Chemistry” no desmerece. Pues su cadencia marca el momento ideal para que el Domo de Cobre se inunde de estrellas, que tal vez están en el cielo pero no se ven, están en el escenario en forma de Interpol, y lo complementan estos fantásticos fanáticos que se siguen entregando.
Por su parte, la suavidad de “Leif Erikson” permite que muchos se distraigan, o descansen un poco ante tanta euforia, gracias al bajo nivel de decibeles de este otro track del reciente veinteañero y gran protagonista de Interpol en el Palacio de los Deportes de la Ciudad de México: Turn On the Bright Lights.
“The Heinrich Maneuever” vuelve a prender desde el inicio de dicha melodía a las miles de almas reunidas hoy en exclusiva, exactamente, por una de las bandas que también tienen a México como uno de sus países predilectos, pues el mismo Paul Banks vivió aquí durante su adolescencia.
Ahora “The Rover” hace cimbrar el piso del Palacio, puesto que su ritmo incombustible de guitarra hace saltar a la inmensa mayoría y, aunque no todos se mantienen así durante toda la canción, sí disfrutan al máximo la 2ª y última rola que Interpol hará sonar esta noche de su 6º álbum de estudio, Marauder.
Unas hileras de luces led sobre y detrás del escenario, le bastan a Banks y compañía para mantener los ánimos de su gente muy en alto. Público que esta noche llena el Palacio de los Deportes con exactamente 21 mil 100 fanáticos, de acuerdo con cifras de sus organizadores.
Otra rola del cumpleañero Turn On the Lights, “The New”, vuelve inevitable que sus fanáticos se reanudan su locura con estos bajones de ritmo y crescendos espontáneos. Y aún así no es tanta histeria como la que provoca el gran clásico de estos neoyorquinos, “C’mere”, sumando aullidos de júbilo en vari@s.
En “Lights” la sobriedad y elegancia de Paul se nota hasta cuando no está tocando su guitarra. Un halo de luz a la espalda de Banks nos permite ver sólo su silueta, el está inmóvil y si no fuera porque estamos escuchando retumbar su inconfundible voz en el Domo de Cobre, no sabríamos que es él. Eso es más que suficiente para llenar, ooootra vez y al mismo tiempo, el Palacio de los Deportes, su enorme presencia.
Por su parte “PDA” también le suma demencia a esta noche con Interpol. Pero es “Slow Hands” la que vuelve maniátic@s hasta a l@s que no reconocían todas las canciones de estos talentosos y agradables gringos.
Y es justo cuando ya casi todos estamos abandonando las instalaciones del Palacio de los Deportes que “Not Even Jail” resuena en los altavoces y volvemos corriendo y empujando por ésta, la última canción de la noche, la última canción de Interpol en la Ciudad de México.
Videos: Canal de Extensión en YouTube
Por: Ángel Caballero (@AngelReject)
Fotos: Cortesía Ocesa
