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Por Néstor Ramírez Vega
@NestorRV
Eduardo Vázquez Martín considera a Héctor Manjarrez un maestro porque “su irrupción en mi vida fue realmente profunda, festiva, gozosa y traumatica”. El escritor Bruno H. Piché, los críticos Cristopher Domínguez Michael y José Ramón Ruizsánchez, el titular de la Secretaría de Cultura de la ciudad de México celebraron el 70 aniversario del escritor capitalino.
A través de los libros No todos los hombres son románticos y El camino de los sentimientos, Vázquez Martín aprendió a amar la desilusión. Detalló que leer la obra de Manjarrez es una aventura de la desilusión y revisión de las grandes pasiones del siglo XX.
El secretario agregó que el autor de El bosque en la ciudad nos enseña que hay una vida diferente y que quizá lo que vivimos ya había terminado “y había que entender al ciclo que viene”. Vázquez Martín lo imagina “como un cambio de pagina en nuestra vida y que nos enseña una realidad en la que no estábamos pensando” y vivirla con la pasión por la palabra y la crítica.
El escritor Bruno H. Piché destacó del trabajo de Manjarrez los chilanguismos y las voces de los habitantes de la ciudad de México. Agregó que en “hay en la obra de Héctor esta creación literaria que es una crítica constante y señalar el hecho que es una crítica amorosa “.
El crítico Cristopher Domínguez Michael afirmó durante su participación que “la obra de Héctor es una de las grandes obras en prosa de ficción del México contemporáneo, que por desgracia la caprichosa Bolsa de Valores Literaria, como la llaman ciertos críticos, no ha sido tan generosa como yo quisiera, pero me he ocupado de todos los libros de Héctor”.
Domínguez Michael calificó a Manjarrez como lo que los griegos llamaban un maestro de verdad, “verdad no en el sentido de ficción o mentira, sino alguien que va develando el mundo tal cual es”. Señaló que esto lo comprenden sus muchos lectores, porque “el que no tenga mucha crítica no significa que tenga pocos lectores”.
El columnista de El Universal contó que su amistad con el escritor ha sido estrecha y han compartido momentos difíciles siempre desde la lealtad, solidaridad y rigor en el trato. Calificó su relación cono una amistad muy neta, muy directa; “hay una persona que yo siempre sé que me va a decir la verdad y que esa verdad no me va a gustar, ése es Héctor. Entreveo que, en alguna manera, este temor o esperanza también viene de él hacia mí”.
Héctor Manjarrez aseguró que los cuentos son más difíciles de escribir que las novelas. “El cuento, como el teatro, es simplemente. Si te equivocas, el cuento se jodió”, detalló. El autor aseguró que no está interesado en escribir su autobiografía, pero que lo que les pasa a sus personajes le sucedió a él, pero es mucha ficción y casi ningún cuento tiene que ver con su pasado.
Domínguez Michael agregó que no todo lo que ha escrito Manjarrez es autobiográfico. “Lo que sí puedo decir es que todo es personal. Una de las cualidades de Héctor es que es una personalidad, y que esa personalidad impregna todo su trabajo y por eso se produce ese espejismo que lo hace ser muy veraz y que hace que sus lectores crean, o creamos, que son cosas que él vivió”.
Manjarrez aseguró que lo que hace no todo es claro, porque no sabe lo que le sucederá a un personaje que se le acaba de ocurrir. “Lo conozco poco a poco. Soy yo el que le inventa problemas o amores, soy el autor, pero no sé por qué se los invento”. El autor ha escrito sobre su familia, amigos, su club o la política, pero siempre desde afuera. Los personajes tienen autoridad sobre mí.
