Dicen que la madurez es para las frutas. Gracejada que dicen aquellos que creen que madurar es perder todo sentido de diversión, alegría y creatividad. Si tenemos la dicha de vivir con las menos carencias posibles, tarde o temprano la vida nos enseña su cara menos amable. Por eso las respuestas que nosotros le demos, serán esenciales para subsistir, desarrollarnos o morir.
Algo muy semejante expone Cédric Klapisch en su más reciente película, El Viñedo Que Nos Une. Durante los primeros minutos del largometraje vemos a Jean, menor de tres hermanos, que dejó a su familia y a su Borgoña natal desde hace 10 años, pero que regresa sin mayor aviso ante la inminente muerte de su padre.
Ahí se reencontrará con sus hermanos, Juliette y Jérémie. Uno lo recibirá con todo cariño, y el otro con más reclamos que amor. Todos tienen sus razones de ser, pero ninguno parece estar seguro y claro de sus decisiones en la vida.
Mientras más pasa el tiempo, mayores son los vacíos personales y familiares entre estos tres veinteañeros que nunca dejan de parecer algo más que adolescentes, aunque deberían comportarse como adultos puesto que su padre les hereda el negocio, y patrimonio, familiar.
Pero su inmadurez e incapacidad para enfrentar todos los retos que el viñedo representa son evidentemente demasiados, y el pasado de cada uno de ellos será esencial en su actuar. Las responsabilidades y deberes se van juntando, hasta llegar al momento en el que ninguno querrá, o podrá, sacar adelante terrenos que requieren mucha atención, trabajo y estabilidad mental.
Juliette tiene una personalidad demasiado débil, por lo tanto no puede ser patrona, o al menos no una que sea respetada. Jean tiene tantos problemas familiares, su esposa e hijo están en otro país, que no puede ni contárselo a sus hermanos… hasta que las circunstancias lo obligan a ello. El otro tiene una familia a la que a penas ve, y no porque tenga muchas cosas que hacer, sino que su carácter es nimio, sobre todo ante su suegro.
Entre hermosas imágenes y un ritmo fluido, le película nos irá planteando cuestiones esenciales: ¿Podrán estos tres crecer? ¿Desbaratarán el viñedo? ¿Fermentarán o se echarán a perder poco a poco?
El Viñedo Que Nos Une (Ce Qui Nous Lie); drama ligero cuya escasez de profundidad, pese a su enorme cantidad de paisajes poderosos, termina por no volver a esta cinta inolvidable. Aunque sigue contando con una trama superior a lo que nos tiene acostumbrados Hollywood y el mediocre “cine” de “comedia” nacional.
Por: Ángel Caballero (@AngelReject)
Fotos: Cortesías