Redacción
@RevistaExt
Quien en el 2000 fuera solamente un aprendiz de edición en la obra maestra de Ridley Scott (Gladiator) –quien por cierto ahora está nominado por la larguísima e innecesariamente justificada The Martian–, Andrew Haigh nos dio en el recién terminado 2015, una discreta pero fascinante y cautivadora historia; 45 Years.
Cinta que nos adentra en la crisis matrimonial que una longeva pareja de sexagenarios enfrentará cuando que llega una carta dirigida a él, Geoff Mercer (un impresionante Tom Courtenay), que lo devuelve a un pasado amoroso que en realidad nunca olvidó. Así que su esposa Kate (la magnífica y evidentemente nominada al Oscar 2016 como Mejor Actriz, Charlotte Rampling), se empeñará en reprimir su ansiedad y crecientes celos.
Averigua más de esta maravillosa cinta, en la siguiente sesión de preguntas y respuestas con el director de 45 Years:
¿De dónde ha venido la inspiración para esta historia?
Andrew Haigh: Esto se remonta a hace seis años. A una novela de una decena de páginas que incluía las bases de la historia de la película, y que alargué mucho para conseguir llegar a lo que la cinta es hoy. Pero lo que me interesaba sobre todo, era explorar una relación, una relación que dura desde hace tiempo, con sus dificultades y con lo que pasa bajo la superficie.
El deseo, sea sexual o romántico, se manifiesta en la manera en la que nos comunicamos con la otra persona, e influencia el conjunto de nuestras vidas de manera importante. Este deseo evoluciona y puede tomar varios significados en función del tiempo que pasa. Es una parte fascinante de nuestra naturaleza humana, y un tema apasionante.
Transformar una novela en guión de un largometraje no es asunto fácil, ¿cómo los has logrado?
AH: Ha sido un largo proceso. Por ejemplo, en la novela, no había ninguna fiesta de aniversario de bodas y los dos personajes principales eran octogenarios, no sexagenarios como en la película. Hemos pasado por un gran trabajo de adaptación.
Lo que intenté hacer fue hacer sentir lo máximo posible la intimidad y la cercanía. Y pasamos mucho tiempo con los actores para construir eso lo mejor posible.
¿Tenía a Charlotte Rampling y Tom Courtenay
en la cabeza desde la escritura del guion?
AH: No. Cuando escribo, prefiero no pensar en actores en particular. Y cuando empecé con el guion, no había incluso dirigido mi anterior película, Weekend, así que contar con actores de este calibre era completamente impensable.
Cuando finalicé el guion y empezamos la fase de búsqueda de financiación, Charlotte Rampling y Tom Courtenay me vinieron rápidamente a la cabeza y muy pronto entraron en el proyecto. Y respecto al tema de la película en concreto, podían aportar toda la experiencia de sus grandes carreras.
Con esta película, deja el territorio homosexual en el que se movía Weekend y la serie de televisión Looking que dirigió para HBO. ¿Por qué?
AH: Nunca tuve la intención de limitarme narrativamente a un cine gay o queer. Pero hay muchas similitudes entre 45 Years y Weekend, ya que es la complejidad de las relaciones humanas la que me interesa.
Desde este ángulo, esta película es una especie de prolongación de Weekend, incluso si los personajes tienen mayor edad y no son gays. Claro está, Weekend trataba del comienzo de una relación mientras que esta vez estamos en el final del camino, 45 años más tarde, pero lo que me interesaba era cómo una relación se forja y en qué medida los comienzos la definen.
Es el caso con esta película, en la que muchas cosas no se dicen. Ya que en una relación, es muy fácil no hablar y no decir al compañero lo que pasa en realidad en lo más profundo de su corazón. 45 Years trata de lo que pasa cuando todas estas cosas llegan a la superficie. La cinta explora la lucha de estos dos personajes para comprender lo que significa su amor. Y esto no está claro para ninguno de los dos.
Hay una sensación de pérdida existencial, de confusión respecto a lo que quieren, de inestabilidad de los sentimientos, de culpabilidad respecto a sus vidas, a medida que empezamos a analizar su existencia en profundidad. Es esto lo que se acumula en el personaje de Kate. En cuanto al de Geoff, se acuerda de su pasado sin que podamos saber si es verdad o no.
Es muy fácil idealizar el pasado cuando echamos la vista atrás e imagina que era valiente y que todo estaba abierto a él cuando era joven, que habría podido cambiar el mundo en vez de encontrarse en esta casa en Norfolk, en donde vive desde hace treinta años con su mujer.
¿Por qué ha elegido esta región para ambientar la película?
AH: Es siempre importante que el escenario refleje la vida interior de los personajes. Quería una ciudad que nadie conociese, y que fuese como cualquier otra. Norfolk es un lugar que corresponde simbólicamente a la situación de los personajes: un paisaje desolado, llano y sin fin, sin colinas, simplemente vacío. Esto creaba un contraste con la vida que Geoff y la novia muerta (Katia) habían tenido en las montañas suizas.