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Por Ángel Caballero
@AngelReject
Con “la caída de sistema” en 1988 y el asesinato de Colosio seis años después, los Estados Unidos Mexicanos perdieron lo que años de sangre y lucha habían logrado, un Estado de Derecho y democrático.
Por ello, el fenómeno que se está dando en el estado norteño, podría significar el renacimiento de la democracia en México.
Jaime Rodríguez, El Bronco, es hasta el momento el candidato puntero en las próximas elecciones a gobernador para Nuevo León. No se jacta de ser un mesías salvador de la patria, pero sí representa las características del imaginario colectivo que muchos tenemos de la gente regia, el cual la inmensa mayoría de las veces es acertado; trabajadores, entrones, directos y desenfadados.
“Porque la raza paga, la raza manda”; más que un eslogan publicitario, factor fundamental en la “política” barata que en la actualidad se aplica en todo el país, es propaganda política pensada, fundamentada y que capta la atención de hasta los apartidistas.
Pero que zombies vividores, como el ex-presidente Calderón Hinojosa, aseguren que la candidatura de Jaime Rodríguez, El Bronco, son preocupantes y peligrosas, es un ejemplo más de la recuperación que, de efectuarse en Monterrey, sanará poco a poco a nuestro país.
No contento con eso, el pies de barro Hinojosa, agregó, con la seguridad de quien evidencia ignorancia y sólo se va hundiendo más y más, que: “México está pasando por un momento muy delicado, donde se requiere una enorme participación ciudadana”.
Palabras que se terminará tragando para escupir una sarta de justificaciones, y hacer lo único que sabe, ser un soldado de un partido anquilosado y débil que nunca entendió lo que Manuel Gómez Morin combatió y por lo que los fundó: “…una pesada tolvanera de apetitos desencadenados, de propaganda siniestra, de ideologías contradictorias, de mentira sistemáticas, impide la visión limpia de la vida nacional”
Nuevo León, una luz que de extinguirse nos deparará más desgracias y muertos, que nos seguirán hundiendo en el subdesarrollo presidencialista y politiquería publicitaria.
