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Los amantes de los cómics recibieron con los brazos abiertos una de las películas más esperadas en 2016. Deadpool es la historia de Wade Wilson quien, al ser víctima de cáncer, se somete a un tratamiento experimental donde desarrolla sus poderes mutantes. Al ser sometido a brutales tratos que devienen en la destrucción de su físico, Wilson buscará al único que podría arreglarlo, y después matarlo.
Este personaje es reconocido por su humor, su falta de valores y, en síntesis, por ser un completo vale madres. Obvio esta cinta no sería, ni aspira a ser, una obra de arte, pero lo que sí logra es la complacencia de sus seguidores e incluso de quienes no lo conocían, cambiando por completo la imagen de las películas de súper héroes… aunque el protagonista de esta producción no es, conceptualmente, un héroe.
Lo mejor de esta película es su humor basado en el doble sentido y las alegorías sexuales. Es cierto que en nuestra actualidad estas bromas son comunes y para algunos ofensivas, además de faltar a la moral (resquebrajada); sin embargo, su integración en el modelo publicitario resultó fresca, atrayendo a más personas por su informalidad.
Basta revisar las demás películas de Marvel, incluso los trailers de Batman V Superman: Dawn of justice y Suicide Squad, para comprender el fenómeno que gira entorno a Deadpool, un motor basado en el paradigma de la cercanía social del siglo XXI y jugar con la horizontalidad de internet y traducirla en las calles.
Las bromas con los espectadores están presentes en todo momento, desde el inicio hasta la escena post créditos. Pareciera ser una película hecha a base de juegos, lo cual es aceptable por mantener el mismo eje durante toda la cinta aun con sus secuencias de amor y enfermedad. El rompimiento de la cuarta pared y los saltos temporales forman los lazos con el espectador, esa complicidad implícita que continúa al salir de la sala de cine.
Deadpool es para los amantes de los cómics y el público que gusta de las bromas y la violencia. Con esta cinta se rompe la estadística y la regla; aunque tiene el sello de Marvel, y tiene la clasificación B15, no es una película para niños.
Por: Néstor Ramírez Vega (@NestorRV)
