El filósofo Friedrich Nietzsche escribió en Así habló Zaratustra. Un libro para todos y para nadie: “‘Muertos están todos los dioses: ahora queremos que viva el super-hombre’.- ¡Que un día sea ésta nuestra última voluntad, en el gran mediodía!”.
Al ver la película Batman vs Superman. El origen de la justicia, recordé este libro que explora la figura del super-hombre (a partir de aquí Übermensch, para evitar comentarios de sexismo en el lenguaje), ser que va más allá de los animales y del ser humano.
El Übermensch, cuya traducción al inglés sería Superman, es un ser que vence a los dioses pues tiene la capacidad de abrir un nuevo día. El súper héroe de DC es una esperanza y una promesa de seguridad, pero también significa muerte y descontrol para las víctimas de sus maniobras.
El producto de Zack Snyder es bueno dentro del mundo de súper héroes. Un poco complejo por la gran cantidad de historias, referencias y guiños que muestra. Débil también, al no sentir próximos a los personajes ni profundizar en su esencia. Sin embargo, la cinta se entiende si el espectador presta atención a la historia.
Estos elementos ocasionan la disputa entre que si la película es buena o no. Uno de los pensamientos difundidos de quienes disfrutaron la película fue que “Esta película es demasiado grande… para mentes tan pequeñas”, como lo plasmaron en una imagen con Jesse Eisenberg. Seamos sinceros, no es una cinta de Michelangelo Antonioni como para no entenderla.
Si bien el diseño, las actuaciones y la musicalización son bizarras, lúcidas, magníficas; el forzar la historia metiendo demasiados elementos fue lo más reprobatorio. Incluso si no hubieran difundido las imágenes de Aquaman o Cyborg, sería fascinante descubrirlos en la película.
La velocidad es incontrolable. El universo cinematográfico de DC corre a la velocidad de Flash. Si bien Batman vs Superman da pie a que sus súper héroes tengan sus propias películas, también es cierto que un buen guiso lleva su tiempo.
Miedo a un falso dios, pero al fin y al cabo dios para los seres humanos. El temor por lo que es capaz Superman, es lo que mueve a diversos personajes de esta película. Algunos actúan de forma mesurada, otros lo hacen imponiendo su hambre, sus ambiciones y deseos.
Vemos un Lex Luthor extrovertido, pero con deseos de poder. La inteligencia ya la tiene mas el poder no. Es lo que envidia del ‘Hombre de Acero’ y que motiva a que éste cree planes que perjudican a terceros. Un Lex ambicioso, un ser humano con virtud, con interés por dejar de ser un hombre y llegar a ser un modelo de Übermensch.
Vemos un Superman que más que un Übermensch aún tiene problemas por saber quién es. La situación en que se encuentra ‘El Caballero de la Noche’, dominada por la cólera y el miedo, motiva la disputa entre ambos. “Qué es lo más pesado para vosotros, héroes? (…) ¿amar a quienes nos desprecian, y ofrecer la mano al fantasma cuando nos quiere asustar?”, pregunta Nietzsche. Al resolver las diferencias, dejan de ser unos entes de carga y alcanzan la promesa del porvenir.
Una película entretenida y que sirve de puente para conocer la línea por la que irá el universo cinematográfico de DC Cómics. No sirve discutir si es buena o no. Basta recordar las palabras del filósofo alemán: “Aún no os habíais buscado: cuando me encontrasteis a mí. Así hacen todos los creyentes; por eso vale tan poco la fe”.
Por: Néstor Ramírez Vega (@NestorRV)