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Criticado por su atrevimiento en una época conservadora y cínica; visto con normalidad en una sociedad que ha merecido su liberación sexual. El Marqués de Sade es uno de los escritores más controversiales en el mundo. Tanto ha influido en la sociedad que su nombre se volvió un adjetivo, hecho que sólo algunos han alcanzado (Dante, dantesco; Maquiavelo, maquiavélico; Shakespeare, shakesperiano).
Sade permitió que el mundo explorara el erotismo, las pulsiones sexuales y la diversidad sexual. No, el Marqués no fue el primero en abordar el sexo en la literatura, claro ejemplo es el Kamasutra, pero sí dio un impulso a la comprensión de la relación del sexo con el poder.
Los libros Justine o Los infortunios de la virtud (1791) y Juliette o Las prosperidades del vicio (1797) cuentan la historia de dos hermanas que toman caminos diferentes cuando sus padres son asesinados y ellas quedan en el completo abandono. Mientras Justine elige preservar su virtud y su virginidad, Juliette opta por el camino de la cortesana y la exploración de su erotismo.
En estos libros Sade explora hacia dónde pueden llevar nuestras decisiones y la inocencia en un mundo pervertido por el deseo carnal. Si bien el autor francés es conocido por los pasajes sexuales de sus libros, también lo es por el contenido crítico al sistema político y eclesiástico, éstos vistos desde una doble moral con un discurso sobre la bondad y rectitud, pero tras bambalinas hacen lo que sea por satisfacer sus deseos.
Si bien se puede juzgar la calidad literaria de las dos obras, el punto más criticable es la caída en los excesos, volviendo a sus personajes negros o blancos, sin términos medios, cuando en el mundo real es imposible que suceda la idea del escritor.
Ni Justine ni Juliette son capaces de amar, es por eso que hablamos de libros eróticos en el sentido de entender el erotismo como la manifestación donde convergen la seducción y el placer sexual. La personalidad de Juliette la haría más acorde a nuestra época debido a su elección por conocer su cuerpo, su libertad sexual; sin embargo, este conocimiento la lleva más hacia su instinto por el sexo, cualidad que pertenece a todos los animales.
Ninguna de estas dos chicas, aunque se muestre a una Juliette dueña de su vida y a una Justine esclava de las tradiciones y valores religiosos, vive realmente en una libertad. La situación en la que viven ambas son una esclavitud, una la del cuerpo y la otra la de un dios.
Sade pone sobre la mesa dos concepciones diferentes entorno a la mujer: la sumisa que da su vida por los valores tradicionales, y la mujer que lucha por sus deseos e intereses propios. En una sociedad patriarcal muestra cómo es posible que las mujeres ganen espacios dentro de la sociedad. Podrán criticarse los medios, mas no el reconocimiento de su poder dentro de una sociedad sexual gobernada por las pasiones de la Venus.
Ha poco más de dos siglos que fueron escritos estos libros. Los relatos, conceptos sobre una élite corrupta y una Iglesia infame, y una auto satisfacción sin importar el daño a terceros son elementos que hacen que 1791 y 2016 parezcan una misma época con dos años de diferencia.
Justine y Juliette no son los mejores libros para pasar el rato o el morbo por sus experiencias sexuales, pero sí lo son para comprender a nuestra enferma y corrupta sociedad.
Por: Néstor Ramírez Vega (@NestorRV)
Laberinto Cultural
