El dramaturgo Rodrigo Verástegui inauguró el foro Desastre, Talleres y Teatro con una obra que obliga a abrir la mente y pensar en todas las posibilidades de cómo concebimos el amor.
Dos amigos se encuentran en el aeropuerto. En una hora de espera recordarán varios momentos de su amistad, misma que se quiebra cuando Camila toma una decisión que afecta su relación. Felicidad, fiesta, secretos, enojos; sentados en medio de la multitud divagarán entorno al amor, la religión y la amistad después del amor.
Camila abre una ventana para ver al amor no sólo en la forma del noviazgo, sino en la amistad y a nivel intra personal. Qué queremos, por qué lo queremos, cuándo y a qué costo. Las actuaciones de Lizet Rodea y Eduardo Celaya abordan diferentes situaciones y posibilidades a partir de sus recuerdos. El hubiera no existe, pero piensan en cómo sus decisiones los llevan a donde están.
La obra está influida por pensamientos religiosos, específicamente la cosmovisión católica. Por un lado vemos cómo es esta pasión por un ente que está más allá del espacio sensorial; por otro, es una recuperación de esta cualidad espiritual del ser humano, estigmatizada y criticada en los últimos siglos.
Fotografías: Néstor Ramírez Vega
El amor es libertad; la liberación del ser humano. El amor es el campo donde el ser humano goza de completa libertad y entra en comunión consigo mismo. Si bien la amistad y el “amor” en asuntos espirituales no tienen un fin erótico, sí explora el rescate del elemento humano, sus miedos, sus deseos y la construcción de su sistema psíquico y social.
Una historia de amor fuera de lo convencional, porque antes de la cuestión erótica habla de ese amor por uno mismo y sus ideas, así como el doloroso auto conocimiento que no sólo afecta a uno, sino pone a prueba la amistad.
Camila estará en el espacio Desastre, Talleres y Teatro (Regina #94 int 304 col Centro) todos los martes de julio y agosto a las 20:30 horas. Reservaciones al 55 52 01 80 y en el correo equisemergente@gmail.com