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No es casual que este sea un largometraje que en México tenga, y tendrá, tantos problemas para ser exhibida. Es una obra que sin decirse transgresora, lo es. Por ello es que en Europa, Asia y algunas partes de Latinoamérica sí ha podido ser debidamente apreciada.
Me Quedo Contigo empieza como una película rosa, romántica, con un aparentemente muy enamorado Esteban (Diego Luna) quien en una carta, impulsa a su amada Natalia (Beatriz Arjona) para acompañarlo en “un viaje de vida” juntos, sin importar que ella radica en España y él en México.
Pero poco a poco la violencia (en el sentido más amplio de la palabra) irá incrementando. Primero, cuando Natalia llegue al departamento que Esteban comparte con Diego (José María de Tavira) y éste, en su afán de recibirla afectuosamente, termina invadiendo su espacio personal.
Después cuando aparezcan Ana (Anajosé Aldrete Echevarria) y Sofía (Edwarda Gurrola), comandadas por Valeria (Ximena Gonzalez-Rubio), y así las cuatro emprenderán un viaje propia de las niñas ricas, consentidas e irresponsables que aparentan ser. Lo que las llevará a no medir, si es que alguna vez lo han hecho, las consecuencias de sus actos.
Me Quedo Contigo es una película mucho muy difícil. Hay que pensar, preguntarse y adentrarse en todas las capas que la conforman y que jamás se revelarán. Es un trabajo tan artístico que nunca se explicará ni mucho menos justificará.
Por lo tanto, al mismo que tiempo que podemos ver a un grupo de chicas bailando como niñas pequeñas, al lado hay un ‘vaquero’ (Iván Arana) desangrándose. Lo cual puede causar risa u horror. Lo importante es que este largometraje no te puede dejar indiferente.
Ejemplo claro de ello, es que forma parte de un trío nada envidiable (por muchos), el de ser una de las únicas tres películas que al ser exhibidas en el Edinburgh Film Festival, muchos de sus asistentes pidieron reembolso pues no les había gustado lo que habían visto. Aunque difícilmente la han de haber podido ver completa.
Ese otro par de películas fueron Salò de Pier Paolo Pasolini y Antichrist de otro maestro de la cinematografía mundial, Lars von Trier.
Su director, Artemio Narro, es un artista plástico nato. En esa corriente cultural se desarrolló toda su vida, y fue hasta que se hartó de ese mercado: “Que fui a preguntar qué se necesitaba para hacer una película y todos me dijeron que dinero”.
Organizó una subasta de arte, y con 120 mil dólares cuando el peso estaba en $12.50, hizo Me Quedo Contigo; “Así que no puede haber quejas por el uso de sus impuestos”, bromea el desenfadado y muy honesto realizador en conferencia de prensa.
Narro tiene la tesis de que lo que verdaderamente nos hace diferentes de los animales es la lucha por el poder. Y lo refleja en su cinta de la manera menos decorada posible. Es por ello que en una de los tantos festivales al rededor del mundo en donde ha sido exhibida una persona le dijo: “Esta película no la debería de ver nadie nunca”.
Lo cual, de ser un parásito de la cultura contemporánea que abundan en nuestro país, Narro hubiera podido usar como un recurso de marketing, elemento del que hoy en día dependen muchos de los llamados artistas contemporáneos, que lo único que tienen de artistas es el nombre.
El día que Me Quedo Contigo se estrenó a nivel mundial fue en el International Film Festival Rotterdam (IFFR), dentro del cual ingresó a la lista de ‘Las cinco películas más polémicas’, las cuales no son necesariamente las mejores o peores, sino que marcan el grado de discusión que su exhibición logró.
Por su parte, González-Rubio aseguró que participó en esta polémico cinta porque desde un principio ella y todo el elenco creyeron en Artemio “con los ojos cerrados”.
Gurrola aseguró que fue: “Un trabajo de mucha improvisación y libertad, algo que de hecho fue como tirarse al vacío. He tenido la oportunidad de verla con distintas audiencias y me gusta mucho que todo el mundo reacciona; bien y mal, pero con eso es más que suficiente. Somos algo así como ‘Las Porkys’”
Arana recordó como en la filmación de la cinta “lo maltrataron como a un perro”, por lo que termino asqueado de todo y de todos. Y que eso mismo es lo que hace de Me Quedo Contigo una película importante y transgresora.
Por último, Artemio Narro subraya que no quería hacer una película poco amable; “No querría que la audiencia empatizara con ninguno de los personajes. No hay close ups ni perspectivas desde el punto de vista de un sólo personaje”.
Texto: Ángel Caballero
Fotos: Marko Sauce
Hola Angel una pregunta cuando fuiste a la conferencia notaste los tatuajes que Ximena gonzalez rubio tiene??
La verdad nunca descubrí si eran tatuajes o adornos en su vestido.