El escritor Hugo Gutiérrez Vega partió hace casi cinco meses, pero nunca dejó de trabajar. Muestra de ello es que, en sus últimos años, escribió la antología poética Peregrinajes y la ensayística Otras voces, otros ámbitos, donde según el promotor cultural Víctor Manuel Cárdenas podemos conocer la obra del poeta nacido en Guadalajara.
En entrevista con EXTENSIÓN Cárdenas contó que él recuerda de forma maravillosa cuando confió al equipo de PuertaBierta Editores las dos obras que fueron las últimas que él trabajó. Los integrantes del párvulo sello de Colima agradecieron la acción de quien dirigió el suplemento La Jornada Semanal.
“Que un tipo como Hugo le regale a una editorial que va naciendo, en un estado muy pequeño, una editorial que apenas estamos dando a conocer y que nos regale esto, fue para nosotros una bendición. Puerta Abierta editores y los colimenses estamos muy orgullosos de esta actitud de él y no nos queda más que comprometernos a difundirlo”, comentó el también poeta y ex director de la revista Tierra Adentro.
El autor de Micaela aseguró que “Hugo Gutiérrez Vega es uno de los escritores de la talla de José Emilio Pacheco, de Monsiváis, de Poniatowska, que además eran sus amigos; pero que nunca estaba promoviéndose. Le interesaba más el contacto directo sobre todo con los escritores jóvenes. Creo que es un autor que debemos conocer más a fondo”.
Agregó que aunque su obra poética está reunida por el Fondo de Cultura Económica no ha sido conocida como debiera, “y sus crónicas y peregrinajes tampoco han sido leídos como deben de ser”. El desconocimiento a la obra de Gutiérrez Vega Cárdenas sugirió que “es un caso parecido al de Eduardo Lizalde, que es un autor muy querido y apreciado en el mundo de los escritores, pero los lectores en general no lo conocen mucho. Son ese tipo de escritores que no hubo una obra, no hubo sus Batallas en el desierto, que los llevaron a un gran público”.
El escritor que también fue embajador en Grecia era lector y relector de los poetas del Siglo de Oro, “se los sabía de memoria”. Añadió que “era de los poetas que a la hora de la cena y el brindis se soltaba los grandes poemas de los grandes autores del Siglo de Oro. Se sabía a Sor Juana, a López Velarde, todo lo habido y por haber”, lo cual lo hace un autor muy rico “porque parte de la raíz en lengua española, y él mismo la va transformando y alimentándola con el francés, con el inglés, etc., y tiene libros maravillosos que parecen escritos por un griego”.
Por: Néstor Ramírez Vega (@NestorRV)