Las creaciones de Pixar y Dreamsworks han encantado a los adultos con historias como Intensamente y El origen de los guardianes, por mencionar algunos. Estas cintas enfocan en públicos generales, mientras El Americano es una película mexicana que está dirigida principalmente a los más pequeños.
El Americano es una cinta de Ricardo Arnaiz, quien también dirigió La leyenda de la nahuala. En esta ocasión, y tras cinco años de trabajo, conocemos en la pantalla grande la historia de Cuco, un joven perico que ama un programa estadounidense y se niega a ayudar a sus padres con su circo tradicional. Cuando el malvado Martín llega e intenta apoderarse del patrimonio familiar, el loro emprende un viaje para encontrar al héroe que los ayudará.
Esta cinta dirigida al público infantil es una coproducción México-Estados Unidos. Por primera ocasión, el diseño 3D fue llevado por un mexicano. Lo mejor no cae en los detalles técnicos, sino en el texto, pues sin ser el tema aborda cuestiones de política geográfica que se explica de manera sencilla a los pequeños.
Aunque por el título se pensaría que trata de una producción y un personaje estadounidense, es lo contrario. Cuco (Aleks Syntek) es un loro mexicano que admira a “El Americano”, un súper héroe de Hollywood. Sin embargo, como en la película explican, todos somos americanos por habitar el mismo continente.
Una de las figuras más bellas de la cinta es el límite, la frontera. Aunque el ave se caracteriza por ser representativo de la libertad, tenemos a un personaje que duda de sí, pero que es capaz de superar cualquier obstáculo con sus capacidades y sus amigos.
Cuando el protagonista debe pasar una aduana, éste es completamente sincero al enunciar que carece de documentos y decir que “sólo soy Cuco”. A pesar de la posibilidad de cruzar la frontera con sus alas, el director hizo un gran acierto al mostrar un poco de este procedimiento, incluyendo elementos que están prohibidos de transportar.
En esta cinta más que una coproducción técnica apreciamos la convivencia de costumbres nacionales, así como la convivencia de ideas y generaciones distintas. Esto se une y genera cambios, los cuales tendrá que conocer el protagonista a través del viaje a Hollywood, pero que a su vez es un viaje interior.
Por: Néstor Ramírez Vega (@NestorRV)