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Por Néstor Ramírez Vega
Foto principal: Universidad de Guadalajara
Las palabras de Fernando del Paso merecieron en 2015 el Premio Cervantes de Literatura. La profundidad de sus ideas, los detalles de sus descripciones y la gallardía de su conocimiento son elementos que le han hecho merecedor del sobrenombre “Emperador de la palabra”.
Sus tres grandes novelas (José Trigo, Palinuro de México y Noticias del Imperio), así como sus ensayos y textos cortos, lo ubican como uno de los escritores más importantes del siglo XX en nuestro país.
Leer Palinuro de México es una experiencia fuera de lo normal. Aunque México no es un país de lectores, esta obra es conocida por la comunidad debido a la adaptación radiofónica que tuvo. Esta obra, más que recorrerse de forma personal, es una conexión con la comunidad en general, con la sociedad, quienes no pocas veces pararán al portador para escribir el título o el autor de aquella historia llena de medicina, mitos y reflexiones.
Palinuro de México es la historia de un estudiante de medicina que tiene una relación amorosa con su prima. Su vida es el texto del libro; el movimiento del 68 y su paso por las agencias de publicidad, muy al estilo de Jonathan Swift y Los viajes de Gulliver, son instantáneas que el autor presta al joven Palinuro.
El libro es completamente legible a pesar de los tecnicismos médicos; provoca interés por la anatomía al mostrar temas ligados a la ciencia de una forma meramente literaria.
En alguna ocasión un novel escritor y biólogo Mario Jaime Rivera expresó que el lenguaje literario es igual de profundo que la ciencia, por lo que en sus escritos hacía uso de la narrativa y las figuras retóricas para hacer más sencillo el abordaje de la ciencia. Esto sucede en el libro de Fernando del Paso, donde la dificultad no está en el tema, la redacción ni las referencias, sino la unión de todos estos elementos que hacen de su autor un barroco total.
¿Quiénes conocen, en breve, términos como coprolitos, silicosis o anopluros? Uno debería tener un diccionario al lado de esta literatura médica; sin embargo, del Paso, quien cursó un poco de medicina, desarrolla de una forma sencilla y divertida estos conceptos a los que muchas veces nos encontramos y no sabemos cómo definir.
Por otra parte, el viaje por las agencias de publicidad no es más que un recorrido por los diferentes tipos de personalidad, pensamiento, incluso del absurdo del ser humano y sus contradicciones. Así como hay lugares donde es posible el hubiera, también las hay donde la vida se renta y crean los productos.
Una novela que no va a los extremos, pues no podemos definirla como histórica ni biográfica; es un prisma donde uno se ve no una, sino dos o tres veces reflejado en determinado momento o personaje, en especial en Palinuro (yo-tú-él-nosotros Palinuro). El cambio de voces narrativas, exquisito.
