Por Néstor Ramírez Vega
@NestorRV
Tras la aparición de un Ultrón con complejos de Pinocho, llega a los cines un personaje que debió aparecer desde hace tiempo en los Avengers: Ant-Man.
Scott Lang (Paul Rudd) es un ladrón redimido que quiere iniciar una nueva vida para estar con su hija. Al no encontrar trabajo por sus antecedentes, decide robar la casa del Dr. Hank Pym (Michael Douglas), creador de la tecnología de Ant-Man y quien lo ha vigilado para que sea el nuevo portador del traje. Lang tendrá que tomar una decisión para detener al empresario y científico Darren Cross.
Lo mejor de esta película son los efectos (y más en 3D) que abundarán por los cambios de tamaño y, especialmente, por las cosas minúsculas que se vuelven gigantescas.
La historia no es la mejor de los súper héroes de Marvel, pero lo que cualquier espectador y seguidor del cómic agradece es que explican por qué Scott Lang es Ant-Man y no el Dr. Hank Pym (quien por cierto era el creador original de Ultrón).
La aparición de otros Avengers resulta agradable, pero lo que emociona son los indicios de quiénes integrarán el equipo próximamente (sólo diré que hay series post créditos).
Pareciera que la película fue un pretexto para integrar a Ant-Man a los Avengers, pues la historia no sorprende, el nudo en la historia es muy flojo, y los momentos en que Scott quiere ser gracioso llegan a fastidiar.
Buena para pasar el rato y empezar a ver lo que vendrá en Civil War.