Por Edwin Ramos
@Edu_Ramos20
En las entrevistas hechas a reporteros de nuestro país es fácil leer que “México es el peor lugar para ejercer el periodismo”; no es para menos. En los últimos 15 años, 88 periodistas han sido asesinados en cumplimiento de su deber: informar.
Con base en la investigación El peligro de informar que el diario El Universal realizó destaca que:
En estos 15 años, han sido asesinados más hombres (94%) que mujeres (6%); y seis de cada diez homicidios fueron causados por arma de fuego. Sólo 11% de los 88 reporteros muertos podrían considerarse activistas, debido a su trabajo paralelo al ejercicio periodístico.[1]
Esto habla de una atroz realidad pues en los últimos 15 años, el 65% de los ejecutados se desempeñaban como reporteros.
Entre los casos más sonados está el asesinato de Regina Martínez, quien se desempeñó como reportera del semanario Proceso en el estado de Veracruz.
La reportera de Proceso escribía sobre violaciones a los derechos humanos, corrupción gubernamental, abuso de autoridad y organizaciones de tráfico de droga. Fue asesinada el 28 de abril de 2012; su cadáver estaba en el baño de su propia casa con huellas de golpes y estrangulamiento.
A su vez, el segundo rango más golpeado son los locutores, quienes representan 16 de cada 100; Atilano Román fue uno de ellos. Además de locutor, Román se desempeñó como dirigente de comuneros de Mazatán, Sinaloa y en su programa denunció el otorgamiento irregular de permisos de pesca a personas ajenas a las comunidades y cooperativas; fue asesinado el 11 de septiembre de 2014 durante la transmisión de su programa Así es mi Tierra; le dispararon tres veces.[2]
Asimismo, los fotoperiodistas representan el tecer rubro más golpeado del gremio con el 14% de asesinatos. Ruben Espinosa, quien laboró como fotógrafo para el semanario Proceso y la agencia fotográfica Cuartoscuro fue ultimado el pasado 31 de julio en un multihomicidio en un departamento de la Colonia Narvarte en la ciudad de México.
Espinosa se había trasladado a Xalapa para cubrir eventos sociales. Antes de hacerlo trabajó para el entonces candidato del PRI a la gubernatura del estado de Veracruz, Javier Duarte.
En los demás sectores se encuentran los columnistas con el 3%, camarógrafo y documentalista con el 1%. Sin embargo, la situación crítica no para ahí. El pasado viernes 19 de noviembre, fue allanado el domicilio de la periodista y directora del portal de noticias Desinformémonos, Gloria Muñoz Ramírez.
Muñoz Ramírez reportó que es la segunda agresión que sufre durante el año, ya que el pasado 15 de septiembre también fue perpetrado un allanamiento en el domicilio de la periodista y también editora del suplemento Ojarasca de La Jornada.
De acuerdo con su declaración, lo preocupante es el hurto de documentos particulares así como de datos personales y computadoras, las cuales fueron intervenidas por los presuntos delincuentes sin que hasta el momento se tenga información de ellos.
De acuerdo al último informe publicado por la ONG; Epidemia De Miedo a Comunicar, que recoge las cifras del tercer trimestre de 2015, el Distrito Federal sigue apareciendo como la entidad federativa que registró más agresiones en el tercer trimestre del año con 25 de las 68 agresionesregistradas en los meses de julio, agosto y septiembre de este año.[3]
Ante estos hechos, nos detenemos a reflexionar ¿cómo combatir la inseguridad nacional si la corrupción es el principal motor que alimenta a la impunidad?
Alguna vez leí un comentario de un usuario de Facebook sobre un asesinato a un periodista mexicano que me erizó los sentidos “Para qué seguir escribiendo para una sociedad que no lee y ni compra periódicos?” (sic).
Quizá tenga razón, si tomamos en cuenta que la publicidad es el aliciente de las empresas periodísticas; sin embargo, sin los diarios, considero no habría una sociedad crítica y eso sería más que lamentable hoy en día. Como diría el celebre periodista polaco Ryszard Kapuscinsky, “el trabajo de los periodistas no consiste en pisar las cucarachas, sino en prender la luz, para que la gente vea las cucarachas”; es decir, se debe informar hasta morir.
[1] Michel, E. (2015, 18 de noviembre) “El peligro de informar” (en línea). El Universal. Sección Periodismo de Investigación. Recuperado el 23 de noviembre de 2015 de http://interactivo.eluniversal.com.mx/periodistas-asesinados/
[2] Sánchez I. (2014, 12 de octubre). “En cabina de radio matan al dirigente comunero de Picachos, Atilano Román” (en línea). La Jornada. Sección Estados. Recuperado el 23 de noviembre de 2015 de http://www.jornada.unam.mx/2014/10/12/estados/030n1est
[3] Redacción 24 horas (2015, 22 de noviembre). Artículo 19 alerta por allanamiento en domicilio de directora de Desinformémonos. 24 horas. Sección Justicia. Recuperado el 24 de noviembre de http://www.24-horas.mx/articulo-19-alerta-por-allanamiento-en-domicilio-de-directora-de-desinformemonos/