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Por: Ana Isabel Alcantar

La obra teatral Escorial escrita por el autor belga Michel de Ghelderode, regresa a los escenarios después de 17 años de haber sido representada por primera vez. Esta producción tiene una corta temporada que terminará el próximo miércoles 16 de diciembre.

En el núcleo de una atmósfera de pesadilla, la muerte penetra en el palacio. Ante una reina que agoniza y un rey que espera ahuyentar a los espectros mediante la risa de su bufón; comienza una farsa profunda donde la locura sobrepasa los límites y el protocolo. Éste, parece ser el único medio para expiar el alma. ¿Es acaso la crueldad la puerta exclusiva para entrar en nuestro espíritu?

Bajo la dirección de Luly Rede, a lo largo de una hora Roberto Sosa, Patricio Castillo, Roberto Ríos “Raki” y Paula Comadurán; interpretan esta obra, tan cruel y humana como es característico del teatro ghelderodiano. Los personajes se exprimen como una naranja, hasta desgajarlos por completo, quedando expuestos tal cual son. El rey y el bufón cambian de rol, dejándoles la oportunidad de vivir un momento de catarsis y acercarse mucho más a su humanidad.

Escorial podría ser una de las mejores puestas en escena del año. Foto: Isabel Alcantar.
Escorial podría ser una de las mejores puestas en escena del año. Foto: Ana Isabel Alcantar.

Un texto que sólo puede ser interpretado con éxito cuando hay el suficiente trabajo, comprensión y pasión por el proyecto. El elenco logra satisfactoriamente trasladar al espectador al ambiente cruel y desolador proveniente de la puesta en escena gracias a una gran labor corporal, gestual y de intencionalidad, además de una ambientación de audio, escenografía y utilería sencilla.

El público se queda con un manjar de múltiples emociones al término de la obra, fuertes y vívidas sensaciones. Como una herida al rojo vivo, pues somos tan humanos como los personajes; más cercanos y parecidos de lo que quisiéramos aceptar, a pesar de la diferencia en la temporalidad. Escorial cumple el cometido, es completamente memorable, ya que ofrece interpretaciones dignas de uno de los autores más complejos de abordar, Michel de Ghelderode.

La muerte, omnipresente. Aquella de quien no todos quieren hablar, pero no obstante, nos hace semejantes sin excepciones ni diferencias territoriales. No importa si más tarde o más temprano, lo único seguro en esta vida es que la muerte llegará.

-Últimas funciones miércoles 25 de noviembre, 2 y 16 de diciembre a las 20:30 horas en el Centro Cultural Helénico. Los boletos tienen un costo de $200 para el público general, y $40 con descuento para estudiantes y adultos mayores con credencial vigente.

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