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Nueve músicos en escena y decenas de títeres en acción; hicieron del Teatro Metropólitan una estación radiofónica que cautivo a niños, papás, y jóvenes por mucho más de 31 Minutos.
Las ondas hertzianas de la WKRPQW transmitieron las molestas ocurrencias de Guaripolo, que con su emisión nocturna dedicada a hacer llamadas telefónicas de broma, intervino las vidas Tulio Triviño, Policarpo Avendaño, Huachimingo y Patana Tufillo.
De esta forma el primer incauto de la noche fue Tulio, quien dio pauta para que las primeras exclamaciones de alegría se dejaran escuchar. Después, el frenético ritmo de “Rin Raja” dio inicio a un espectáculo que de principio a fin mantuvo la atención de padres e hijos.
Después apareció “La Señora Interesante”, quien de forma inquisitiva hace tanto las preguntas más simples, como las más complicadas o hasta las más absurdas pero divertidas.
“Drácula. Calígula. Tarántula” al principio le pone un toque tétrico a la velada, pero que desaparece al volverse dance, sin dejar de ser entretenida.
El segundo afectado por las bromas de Guaripolo fue Policarpo Avendaño quien dio pie a otro clásico de 31 Minutos, “Diente Blanco, No Te Vayas”, canción de John Quijada que a dueto con su último diente de leche, cuenta una etapa de su transición de niño a adolescente que algunos de los presentes tenían.
Siguió “Son Pololos”, que con un inicio acústico de guitarra va in crescendo narrando el inocente romance de Raquel y Norberto, dos infantes que sin saberlo viven su primer amor.
“La Regla Primordial” de 31 Minutos, y todo el concepto que los ha llevado a demostrar su calidad por distintas partes del mundo, es nunca hacer algo que no les parezca original, esta canción lo demuestra claramente y toda la gente con sus aplausos al unísono lo celebran.
Radio Guaripolo no paraba, y continuaba con sus bromas telefónicas, pero ésta vez molestó a Patana, quien lo descubrió inmediatamente pero le pidió que no le colgar pues tenía la sensación de que sus muñecas tenían vida.
De esta forma la ya clásica “Mi Muñeca Me Habló”, puso a los mayores y menores de edad a cantar a placer, mientras en el escenario Flor Bovina interpretaba y se multiplicaba hasta por seis veces.
“Objeción Denegada” le da prioridad a los tambores, por lo que el Metropólitan se llenó del ritmo adecuado para bailar. Pero bajó de intensidad cuando “Nunca Me He Sacado Un Siete” a base de piano, le dio un toque dramático a la noche, con inclusive una manifestación sociopolítica: “Donald Trump Góu Houm!!!”.
Después Guaripolo no le marcó a nadie, solamente solicitó que un desesperado le llamara, de esta forma Juan Carlos Bodoque entró a escena y la ovación más grande de la noche se dejó escuchar.
Lo que no fue garantía de éxito para él pues vivía entre “Ratoncitos” gracias a su adicción a las apuestas en carreras de caballos.
Uno de los trabajos más raperos de esta producción musical chilena, “Huerfadrino”, fue el preludio ideal para otro exitazo: “Señora, Devuélvame Mi Pelota O Si No No Sé Lo Que Haré”, que cuenta la solitaria vida del hijo único, Pepe Lota, y la amistad que forma con el anciano Don Sergio, a quien en un principio sólo molestaba pero que se convirtió en su súper abuelo.
Después, Lino y Lana deleitaron a la audiencia con uno de las más recientes composiciones de 31 Minutos, “Mi Mamá Me Lo Teje Todo”. Melodía con un inicio baladesco y setentero que se convierte en un rock pegajoso y de calidad.
Con un ritmo funky rocker, Freddy Turbina y sus gritos desgarradores, pusieron a que todos los presentes en el Metropólitan levantaran sus palmas para disfrutar su “Equilibrio Espiritual”.
Guaripolo pretendía que Huachimingo fuera su siguiente víctima, pero en cambio él fue el sorprendido y hasta maldecido.
“Arwrarwrirwrarwro” es complicada de pronunciar si no se es un zombie, pero fácil de disfrutar pues sus ritmos tropicales, y hasta un tanto rancheros, la vuelven muy bailable.
Milton Ludovico hizo un pacto con el diablo sin saberlo y los plasmo en “Parque De Diversiones”, canción que parecería terrorífica pero que los niños en el Metropólitan tomaban con mucha tranquilidad.
Calcetín con Rombos Man también tuvo su momento estelar en la velada, pues alguien tenía que rescatar a Guaripolo de la maldición que caía sobre él.
Una vez salvado, Guaripolo mandó a dormir a todos con su “Mala” melodía, pero nadie quería irse del recinto y se alegraron al escuchar las primeras notas de otro hit musical; ”Bailen Sin César”, que marcaba el fin del show.
Pero nadie se movía de su asiento y a petición del respetable los nueve músicos regresaron a escena para dar el encore comandado por Cucho Lambretta y su deprimentemente divertida: “Ríe”.
Con su ritmo cadencioso y desenfadado “Tangananica, Tangananá” de Los Hermanos Guarennes sorprendió a miles de presentes que pedían más y más canciones.
El turno llegó para el Dinosaurio Roberto que con su desoladora y rockera “El Dinosaurio Anacleto”, logró amainar el ánimo de los asistentes.
Por lo que el momento de la despedida llegó y “Yo Nunca Vi Televisión“ hizo que Tulio Triviño, Junín Juan Harry, Huachimingo, Bodoque, Patana, Guaripolo y demás, salieran a despedir juntos a un México que los volvió a recibir con los brazos abiertos, los oídos atentos y las mentes dispuestas a escuchar canciones que en esencia son infantiles pero que en el fondo son más profundas e importantes de lo que parecen.
Por: Ángel Caballero
(@AngelReject)
