Redacción
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El Secretario General de la Organización de los Estados Americanos, Luis Almagro, instó proteger la vida y los derechos de los periodistas y a adoptar medidas para prevenir la violencia contra los reporteros, lo que calificó como “la forma más extrema de censura”.
El llamado lo hizo en el marco del Día Mundial para terminar con la Impunidad de los Crímenes contra periodistas. El Secretario General agregó que “levantamos nuestra voz para recordar la forma de censura más extrema que existe, la eliminación de las voces críticas de quienes informan sobre los hechos de interés público a sus comunidades”.
A su vez, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), mediante la Relatoría Especial para la Libertad de Expresión, hizo un llamado a los gobiernos para que elaboren un enfoque estratégico sobre esta cuestión y terminar con la impunidad que persiste en los crímenes que ascienden, en los últimos cinco años, a 150. Esto significa que cada 14 días un periodista es asesinado en América.
Muy pocos de los autores intelectuales de estos crímenes recibieron algún tipo de condena y buena parte de las investigaciones avanzan muy lentamente o muestran graves deficiencias que han impedido avanzar sobre las hipótesis vinculadas al ejercicio profesional.
En el contexto regional, uno de cada tres de los asesinatos documentados por la Relatoría ocurrió en México (55 en total), y casi uno de cada cinco sucedió en Honduras (28 en total). Brasil, con 25 asesinatos de periodistas y comunicadores, ocupa el tercer lugar en la lista de cantidad de casos. Colombia (11), Guatemala (9), Perú (6) y Paraguay (4) también son países donde este fenómeno es un problema real en el período estudiado. En la década previa este tipo de violencia también se encontraba en estos niveles, aunque variaba la magnitud según los países, y también eran deplorables las tasas de impunidad, por lo que no se trata de un fenómeno nuevo.
La violencia contra comunicadores se ha visto agudizada en aquellas zonas o territorios en los que existe una fuerte presencia del crimen organizado. En muchos casos, lamentablemente, se ha verificado que estas organizaciones ejercen la violencia en colusión con agentes estatales.