Lo cagado puede ser muy grotesco y sinsentido para muchos, o sumamente encantador y divertido.
He ahí el “gran drama” que se ha armado entorno a Venom, la película más reciente del universo Marvel. De la cual los más apasionados tal vez esperaban litros de sangre y miles de peleas.
Sin embargo, esta cinta está mucho más acorde con las múltiples cualidades actorales de su protagonista, que a los caprichos de sus fanáticos.
Además hay que subrayar que su director, Ruben Fleischer, comandó la magistral Zombieland; una sátira inmisericorde, y por lo mismo honesta, de las ridiculeces más usadas en peliculitas de muertos vivientes. A la cual la serie televisiva The Walking Dead le tendría que aprender muchíiiiiisimo si quiere seguir absorbiendo los bolsillos y cerebros de sus inexplicablemente fieles fans.
Es también por ello que el mismo Fleischer ya se encuentra en trabajos de preproducción de Zombieland 2. Por supuesto, con sus estrellas originales; Emma Stone (quien ya es más súper estrella), Abigail Breslin, Jesse Eisenberg y el enorme Woody Harrelson (¡Hola, Carnage!).
Por todo esto y más, hay que entender que para disfrutar plenamente de Venom hay que despojarnos de todo lo que sabemos de él. Y en su lugar, debemos disfrutar de uno de los actores más importantes, poderosos y eclécticos de nuestra generación: Tom Hardy.
En Tom está basada esta cinta cuyo humor negro, casi gore, al principio deja a muchos espectadores sin saber si enojarse, espantarse o reír.
Ni lo dudes: Ríe. Porque la comedia que Hardy pocas veces emplea en sus películas se desborda en esta cinta, al cual tampoco pretende ser de un superhéroe o un villano.
Es más, ni el término antihéroe podría calzarle a la perfección. Estamos ante otro nivel de comedia, acción, aventuras, thriller y hasta romance.
Una prueba más de que Tom Hardy es un Dios y Venom un espectáculo como el que miles de veces Hollywood pretende hacer. Pero gracias a la inmediatez de Netflix, Amazon Prime Video y plataformas similares, les es cada más complicado.
Porque a final de cuentas como consumidores de entretenimiento debemos ser más exigentes si queremos que el cine pueda volver a considerarse, arte.
Por: Ángel Caballero (@AngelReject)
Fotos: Especiales