Por fin la cinta Assassin’s Creed llegó a las salas de cine con una propuesta que, si bien no explosiva, sí es muy atractiva por sus elementos visuales, la exploración de la memoria, así como temas históricos que nos hacen reflexionar en qué punto estamos en esta contemporaneidad.
La popular historia sobre el clan que protege el fruto del Edén de los templarios sonaría distante de nuestros días, ¿pero qué es lo que tiene qué decirnos ese bestseller? Una lección muy importante que tiene que ver con la persecución y los asesinatos en nombre de Dios: la tolerancia. y pluralidad de ideas.
No, no sólo es por las ideas que tiene Donald Trump, quien estará al frente de uno de los países más poderosos del mundo, sino también por las agresiones y destrucción del Estado Islámico y otras organizaciones que difunden el terror en nombre de sus creencias.
Será que una idea mueve el mundo al igual que el miedo, sobre todo si éstas son impulsadas con campañas y personas mediáticas. Algo que hay que reconocer a través de la película es la lección sobre que en tiempos oscuros queda en uno ser una luz de esperanza, como la frase del colectivo de iluminar estando en la oscuridad.
Así de simple, aceptar las creencias que se quieren imponer o luchar por lo que uno cree, por lo que siente, por lo que ha marcado su vida; emprender el vuelo y tomar las armas para defender lo que es suyo, aun morir de pie.
El personaje de Cal Lynch (Michael Fassbender) es una figura fuerte en su exterior y un ser perdido en busca de incendiar su pasado, de olvidarse de todo, de morir por algo que de lejos pareciera no pertenecerle y menos por la muerte de su madre. Al comprender la situación que heredó y comprender lo que significó para los suyos, el personaje evoluciona y decide tomar la batuta y continuar el deber de proteger por lo que sus antepasados lucharon.
Por lo que le sucedió y dijo la Dra. Sophia Rikkin (Marion Cotillard) es que podremos esperar una segunda parte, una que muestre el lado ambicioso y ególatra del ser humano. Porque a través de los años se ha pretendido instaurar un pensamiento único, pero por una u otra razón hoy día lo que existe es una pluralidad. ¿Qué es lo que debemos hacer con todas las amenazas que nos rodean? La respuesta está sobre la mesa y depende de cada persona elegir el papel que quiera tomar.
Por: Humberto de la Vega
Fotos y póster: Especiales