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“Todo el arte proviene del caos, y el artista debe albergar dentro de sí al caos para dar a luz a una estrella danzante”
Friedrich Nietzsche

Es increíble que desde los primeros tres minutos Xavier Dolan revele toda la trama de Juste La Fin Du Monde, y aún así den más ganas de retacarte en tu butaca y ver cómo todo pasará.

Tras 12 años de ausencia, Louis-Jean Knipper, un joven amable y galante regresa a casa para dar a su familia una grave noticia.

Así surgirá un reencuentro con su entorno familiar, una reunión en la que las muestras de cariño son interminables discusiones, y la manifestación de rencores que no queremos dejar salir, aunque delaten nuestros temores y nuestra soledad.

Los prejuicios instantáneos que surgen al ver por primera vez a la familia de Louise son: una madre ridícula, por querer parecer joven; una hermana coqueta, por toda la parafernalia en maquillaje y ropa que usa; un hermano violento o rencoroso, por sus expresiones faciales, la brevedad de sus palabras y sonrisa fingida; y una cuñada sumisa, por su quietud y extremada amabilidad.

Poco a poco iremos comprobando o derrumbando esas teorías con base en cómo es tratado Louise al decir su novedad… si es que en algún momento lo puede hacer.

Por sorprendente que parezca, hay muchísimas personas que no dejan de hablar y no dicen nada. Esa es una habilidad especial, generalmente, de gente a la que no le gusta escuchar. Y ese tipo de personas son el común denominador de la cinta.

Además, y casi sin palabras, iremos profundizando en la piel de Louise al ver algunos recuerdos de su adolescencia mientras se aleja, mentalmente, del conflictivo lugar en el que quiso parar.

La cinta tal vez no se podría sustentar sin las actuaciones de Nathalie Baye (como una madre demasiado expresiva), Vincent Cassel (como el hermano rencoroso), Marion Cotillard (como la cuñada tranquila pero sumamente inteligente) y Léa Seydoux (como un “daño colateral” con un gran potencial para hacer o que quiera si deja que sus demonios la controlen), pero es sin duda otro trabajo esencial del mundo Xavier Dolan.

Largometraje que sólo podrás amar u odiar. Sus detractores la definen como escandalosa, y están en todo lo correcto, salvo que no comprenden que ese ruido forma parte esencial de la reflexión humana y social que la cinta tiene.

Uno de los directores cinematográficos más importantes de los últimos tiempos, con sus menos de 28 años, nos subraya la importancia de hablar sobre las situaciones que nos atormentan, pues de lo contrario, éstas se van juntando y dándole vida a una bomba de tiempo que explotará en cualquier momento.

Por: Ángel Caballero (@AngelReject)
Fotos: Cortesías

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