Actualmente se considera que la migración es el tema del momento, pero para muchos expertos la migración no es un fenómeno particular de nuestra época sino algo inherente en el ser humano. Puesto que lo ha hecho de forma milenaria, ya que desde sus inicios ha tenido en su corazón el ser nómada, buscando nuevos aires, nuevos retos y por supuesto nuevas formas de supervivencia.
Sin embargo en nuestros días esto ha encrudecido aún más, ya que existe más inestabilidad en diversos países de África, América Latina y de Oriente Medio.
En Mediterranea (La Odisea de los Refugiados), los protagonistas son Ayiba (Koudous Seihon), que parte con su amigo Abas (Alassane Sy) de la capital Ouagadougu, atravesando el desierto, bajo temperaturas aterradoras y los ataques de saqueadores armados, hasta llegar a Libia y subirse en una lancha neumática destartalada rumbo a Sicilia.
Con ojo obstinado y poco indulgente, empleando imágenes esenciales y rigurosas, el joven director Jonas Carpignano da cuenta con fidelidad de la reducción hasta la esclavitud de los protagonistas provenientes del ‘país de hombres libres’, obligados en Calabria a recoger naranjas a ritmos inhumanos por unos míseros euros. La tensión sube y, como ha relatado la crónica televisiva de nuestros días, la criminalidad del lugar pronto desencadenará la ‘caza al inmigrante’.
Ayiva y Abas son los dos aspectos de una misma persona, las dos caras de la misma moneda, como destaca el propio director. Representan dos modos complementarios de afrontar la vida en un país extranjero y demuestran que, detrás de las ‘cuotas de distribución’, hay hombres y mujeres de carne y hueso con sentimientos y emociones.
Un aspecto que aborda y que es imposible dejar de lado, es el de las familias que dejan en su país de origen ante la gran dificultad de llevarlas. Mujeres que según se menciona no tienen en qué laborar, en un viaje que ya de por sí es peligroso, ahora con niños se dificulta aún más. De ahí que siempre buscan la manera de mantener esos nexos mediante regalos y envíos de dinero, incluso el cierre del film refuerza esta idea.
Sin embargo, Mediterránea la odisea de los refugiados, nos demuestra de forma muy bella que todos somos iguales, esto con la canción que las niñas escuchan y bailan, cuestión que sorprende mucho al protagonista en su momento, pero que nos invita a reflexionar sobre ese punto.
Redacción (@RevistaExt)
Fotos: Especiales