Omar Sy regresa a los complejos cinematográficos de nuestro país con esta película biográfica (biopic, por su contracción en inglés) que retrata la vida de un histrión nacido en Cuba, esclavizado en España y, gracias a su innegable talento, convertido en un prolífico artista de la belle époque.
A finales del siglo XIX en el norte de Francia, Georges Footit (chaplinesco y poderoso James Thierrée) es un clown cuyas mejores épocas, al parecer, ya pasaron. El público de ese tipo de shows quiere ver algo espectacular, como si la gestualidad, mímica y ejecución escénica que él hace no fuera sorprendente. Prueba de ello, es que en menos de un minuto, está tan agitado como un maratonista.
Pero todo cambiará cuando en ese ambiente circense conozca a un negro que le dicen Kananga (virtuoso Omar Sy) sobrenombre que refleja los estereotipos y prejuicios que en ese tiempo (aun hoy en día) se le tenía a esa raza. Footit ve en Kananga cualidades histriónicas que confía le ayudarán a que su carrera resurja.
De esta forma, y casi automáticamente, se volverán muy unidos, indisociables, dos caras de la misma moneda.
Logrando una armonía cuasi perfecta desde los primeros instantes en que ensayan sus números. Todo lo cual les permite presentarse, primero en un circo pequeño que poco a poco agota entradas sólo por verlos a ellos, hasta que el dueño de otra carpa los contrata para laborar en París.
Así, Rafael Padilla, verdadero nombre de Kananga, tiene que dejar a Camille, su pareja secreta en el circo. Mujer a la que Footit no odia, pero su amor por el futuro payaso Chocolat son muy evidentes, lo que posteriormente les acarreará problemas.
Siendo ya ampliamente reconocidos en la capital francesa, Padilla decide cambiar su nombre-estereotipo, por Chocolat. Quien es cada vez más galante, aseado, amable y muy cariñoso, sobre todo con las damas que le llaman la atención, pero también es un apostador empedernido.
Georges nunca le consultaba las decisiones que iban a incidir en el tipo de espectáculo que presentaban, lo cual se sumará a la bola de nieve que posiblemente los destruya.
Chocolat tiene una ambientación perfecta, diseño de arte preciso y precioso, correcta dirección de Roschdy Zem, y colosales protagonistas (no hay que perder de vista a James Thierrée) que hacen de este largometraje no solamente uno de los más esperados en el 20º Tour de Cine Francés, sino un estreno que seguramente en unos cuantos meses brillará por sí solo en la cartelera nacional.
Y aunque de repente la cinta se torna muy seria, de manera tan innecesaria y repentina que convierte la extraordinaria comedia en drama común y corriente, su soberbio final vuelve a levantar esta cinta para hacerla indispensable.
Chocolat (Señor Chocolate); magnífico, conmovedor, divertido, inteligente y exquisito viaje histórico que, con las interpretaciones de Thierrée y Sy, se hace aún más grande.
Por: Ángel Caballero
Fotos: Cortesía