Por: Verónica Santamaría (@VeronuK)
Culmina con éxito la primera edición del Big Band Fest en el Lunario del Auditorio Nacional, lugar en el que se dieron cita propuestas musicales diversas en la escena del jazz mexicano. Entre las agrupaciones que se presentaron durante el mes de agosto estuvo Joe D’Etienne Big Band, Paco de María Big Band, considerado pionero en la nueva corriente del Big Band Jazz en México.
Además se contó con la participación de Zinco Big Band, Ed Lorenz Big Band y la sorpresa juvenil, Pavel Loaria Big Band Infantil, quienes a su corta edad buscan difundir dicho género musical en el país. Finalmente, el festival cerró con la presentación de la Orquesta Nacional de Jazz de México (ONJMX), teniendo grandes invitados.
Durante el cierre del festival, la ONJMX mantuvo a los asistentes en el constante tambaleo de los cuerpos al ritmo del jazz donde el swing de sus interpretaciones fue continuo en un viaje por el tiempo, transportando a su público al jazz de Nueva Orleans. No sin antes presentar originales propuestas musicales escritas por uno de sus integrantes, el trompetista Alan Fajardo.
Asimismo, la noche tuvo un toque especial con la presencia de invitados especiales como Francisco Lelo de Larrea acompañando a la Orquesta en la guitarra con temas como “But Not For Me” de George Gershwin, “Tie Break” pieza compuesta por el actual director de la ONJMX, Roberto Verástegui, y “Nutville” de Horace Silver, arreglada por Greg Hopkins.
También, se contó con la presencia de Víctor Correa y Francisco López en trombón y trompeta, respectivamente quienes acompañaron a la Orquesta Nacional de Jazz de México durante todo el concierto. Incluso, se contó con la participación de Klass Balijon, baterista de la Glenn Miller Orchestra, músico holandés que desbordó energía en su instrumento al deleitar a los asistentes con su solo de batería.
En entrevista con el director de la ONJMX, Verástegui comparte para EXTENSIÓN la emoción que le provoca el pertenecer a este proyecto musical donde inicio como pianista hace poco más un año: “No tenía mucha experiencia dirigiendo big bands, sí había dirigido un par pero no constantemente y me gustó mucho. Una vez que ya está ensayada la música, que fluye relativamente, uno no tiene que dirigir.
“El trabajo de un director en una big band es más en los ensayos que en la tocada, no es como un director de orquesta que está dirigiendo todas las partes de la sinfónica muy meticulosamente, realmente, el director de la orquesta de jazz tiene sobrentendido que todo debe estar rítmicamente como música popular; no es tan libre que el director lo pueda marcar en diferencia de tiempos, pero sí en el ensayo”, señala Roberto Verástegui.
Aclara que él, como director, hace comentarios sobre una pieza que no está bien durante los ensayos, pero en la presentación da indicaciones para que los músicos no se pierdan. “Realmente no estoy dirigiendo como en una orquesta –indica, realizando algunos movimientos en el aire con los brazos–, es otra manera de gozar, estoy bailando más que todo y si viene alguna indicación la marco. Nada es improvisado cuando estás dirigiéndolos”, explica el entrevistado.
La calidad interpretativa que presentó la ONJMX superó el trabajo que de los últimos ensayos donde cada uno de los integrantes dominó su instrumento al entregarse a la armonía rítmica de que cada pieza que tocaron. Voz, metales, cuerdas y percusión ambientaron una exquisita noche, robando suspiros a su público con una suave y romántica pieza hasta revivir la experiencia de estar en el útero materno.
Entre aplausos y ovaciones, la Orquesta Nacional de Jazz de México bajo la dirección de Roberto Verástegui, inundaron el Lunario con calidad musical y sublimes interpretaciones, gracias a los acertados arreglos que realizaron y, aunque la escena del jazz en México se esmera por ofrecer sonoridades diversas, el Big Band Fest, como otros eventos de este tipo, abre camino a nuevas propuestas musicales dentro del género.
Fotos tomadas del Facebook Oficial de la ONJMX